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La cuenta atrás

La Razón
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Cálculos partidistas y maniobras aparte, la cuenta atrás está servida y la Asamblea de Murcia votará esta semana la moción de censura contra Pedro Antonio Sánchez. La clave se mantiene en la postura que finalmente adoptará Cs. «Toda la presión está sobre Albert Rivera»: en ello coinciden las voces populares consultadas. Cs tiene que decidir si pacta con Podemos y PSOE su respaldo a un presidente sin pasar por las urnas, o espera la resolución judicial. Así vino a decirlo Pablo Casado después del Comité Ejecutivo Nacional del PP.

A la espera de cómo se desenrede el nudo gordiano murciano, Mariano Rajoy se limita, por ahora, a seguir con atención los acontecimientos. Lo más que ha llegado a decir el presidente del Gobierno es que «en algún momento» habrá que abrir el debate «sobre la presunción de inocencia». Sin embargo, Rivera parece no necesitar más pruebas. Y eso que, si echase a volar la memoria sobre personas condenadas al ostracismo en base a «presunciones de culpabilidad», se encontraría con casos muy instructivos en países de nuestro entorno. En Italia, los partidos entraron en pánico cuando saltó el escándalo conocido como «Tangentopoli». Jueces y fiscales a pleno rendimiento fueron en realidad los encargados de elaborar las listas electorales acabando con la carrera política de parte de los candidatos, señalados con el dedo muchas veces en intencionados procesos judiciales. Ese ambiente fue el que abrió la puerta del poder al populismo de Silvio Berlusconi.

La táctica de la «caza de brujas», tal y como denomina algún mandatario popular lo que se vive, tiene un complicado encaje en democracia. A la postre, los de Rivera han elevado de manera insoportable la presión sobre los populares. De forma que ya no queda tiempo para que pueda haber una buena salida. Naturalmente, el grueso del PP critica el cerril pulso de la formación naranja. Eso sí, sin descartar ninguna posibilidad. Por ejemplo, que finalmente Pedro Antonio Sánchez deba «sacrificarse» para salvar el Gobierno de Murcia del PP. Los contactos a estas horas se mantienen a todos los niveles. El envite entre PP y Cs toca a su fin.