Reyes Monforte
La lotería
En un solo día he escuchado hasta en 23 ocasiones – llegó un momento en el que decidí contarlas– la misma frase convertida en cantinela: «Hoy en día tener trabajo es una lotería». No por cierta deja de ser llamativa y ,desde luego, preocupante. Que un derecho adquirido y recogido en la Constitución adquiera la categoría de lotería es preocupante, triste y devastador. Últimamente, escuchando a determinadas personas –la mayoría de ellas con un buen empleo pagado por la administración, es decir, por todos– parece que nos hagan un favor cuando hablan de nuestros derechos e incluso aumentan en unos grados su soberbia exigiéndonos prácticamente que les demos las gracias por ofrecernos esos derechos que nos corresponden. Parecen olvidar que derechos como el del trabajo, la vivienda o la justicia los tenemos adquiridos, ya nos los hemos ganado, nunca se nos regalaron por lo que nadie nos está dando nada que no nos corresponda por ley.
Cuando en una sociedad la suerte es la que determina los derechos como el del trabajo o la justicia, sobre la que nadie duda ya que sea una verdadera lotería a expensas del juez que te toque y en muchas casos (viendo el comportamiento de algunos magistrados en los últimos tiempos) de que ese juez se haya tomado o no la medicación (y no es una broma), empieza a ser peligroso. Quizá por eso debemos exigir más responsabilidad y profesionalidad y no perdonar ningún desaire.
No podemos vivir en una constante rifa a expensas de que una mano inocente –si es que queda alguna– saque nuestro número y determine nuestro destino. A ver si con suerte o sin ella, se cumple la copla y «mañana sale».