Jesús Fonseca

La mejor apuesta

Qué ganas tienen de estar con todos!, exclama entusiasmada una señora que acaba de darle la mano a la Reina a las puertas del Museo de la Ciencia en Valladolid. Sí, los Reyes apetecen ser útiles, quieren. Los dos, porque este reinado está muy claro que es cosa de dos. Don Felipe y Doña Letizia comparten capacidad para moverse en lo complejo, para entender lo sencillo, lo que no es cosa menor. Están los dos cargados de entusiasmo. Se sienten honrados de poder contribuir, en la medida de sus posibilidades, a la felicidad de los españoles. El Rey va a Nueva York en busca de apoyos claros. Un viaje tan necesario para la nueva jefatura del Estado, como valioso para España. Gobierno y oposición tienen interés en que el Jefe del Estado inspire crédito en esta puesta de largo internacional y así se lo han hecho saber al Rey. «Decidme lo que pensáis», es la frase que más se escucha estos días en Zarzuela. El Rey es, por suerte, bastante resistente al halago y al miedo. Pero hablar ante Naciones Unidas es como quedarse desnudo. Y el no será una excepción. Dirigirse a ese auditorio da vértigo. Pero adelanto ya –al margen de los titulares– que este viaje será un éxito. Don Felipe ha encontrado su punto. Salta a la vista que se encuentra a gusto en esa armonía serena con la Reina. Nadie mejor que él para representarnos, para dar la mejor imagen de España. Además es humano, muy humano. Algo que cuenta más de lo que parece. Más que para fortalecer cualquier imagen en tiempos de zozobra –aunque, ¿cuáles no lo han sido?– este viaje a Nueva York va a mostrar al mundo que los españoles tenemos un joven Rey estadista, serio, responsable. Nuestra mejor apuesta, ciertamente.