El desafío independentista

Las verdaderas víctimas

La Razón
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Me pillas ojeando noticias. ¿Conoces el caso de las musulmanas que fueron a un parque acuático de Lugo con mallas y les prohibieron el baño de esa guisa? Ellas se quejan. ¿Tienen razón? Por higiene y por respeto a las normas del parque, claro que no la tienen. Del mismo modo, cuando visitas una mezquita turca y te indican que te descalces, ¿lo haces? Pues sí. Para conocer determinados lugares, debes amoldarte estéticamente a lo que sus responsables consideren apropiado.

¿Sabías que estos días, en núcleos urbanos como Ripoll, los docentes reciben formación para responder de la manera más adecuada las cuestiones que les formulen en clase, sobre los atentados de DAESH? Me pregunto si ahora, a pocos días de la consulta ilegal, sería también pertinente explicarles a todos los niños, en las aulas, y de una forma neutra, lo que está pasando en su tierra. Y matizarles, de paso, a los escolares catalanes, el error histórico que supone citar a Puigdemont como «presidente de la Generalitat número 130». Al hilo del asunto escolar no me extraña, por cierto, el monumental enfado de los editores españoles por las 25 versiones que puede llegar a tener un libro de texto. ¡Cuánto derroche absurdo y malintencionado de propaganda política! Tanto si vives en Canarias como en Navarra, Baleares o Cataluña, deberían explicarte la misma película. Tanta descentralización educativa ha degenerado en este terremoto sentimental de hoy, con epicentro en Cataluña.

Leo ahora cifras multitudinarias sobre la Diada, trufada de viajeros en autobuses fletados por el independentismo, inundando Barcelona para hacerse la foto reivindicativa y victimista. Recuerda que, justo hoy, habría que ejercitar la sensatez y la solidaridad, habría que declarar quiénes son las verdaderas víctimas del «procès». ¿Qué pasa cuando te excluyen o te llaman «facha» por no apoyar el referéndum ilegal o, incluso, la independencia? Muchos catalanes prefieren callar prudentemente. Hablo con funcionarios presionados, impotentes ante la encrucijada que se les presenta el próximo uno de octubre. Te explican que la CUP domina la escena política. No quieren significarse, no les sale a cuenta. Desearían expresarse en unas urnas legales, no en el acechante montaje de octubre. ¿Cuántos de ellos, en la intimidad, justifican el rosario de ilegalidades que ha cometido su Parlament? Ya te lo digo yo, muchos menos de los que piensas. Cuando hoy observes la Diada, acuérdate de que las verdaderas víctimas catalanas, en esa foto, no salen.