Iñaki Zaragüeta

Ridículo sobre los horarios comerciales

La Razón
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Lo peor, o una de las peores características, que puede adornar a un Gobierno es sin duda la falta de coherencia entre sus miembros. Si quien representa y legisla para toda una sociedad carece de criterios unánimes, los vaivenes y la inestabilidad aparecen como inevitables. Difícilmente puede arribar la nave a buen puerto si quienes la dirigen no coinciden en el rumbo a tomar.

Es el caso del Gobierno valenciano sobre los horarios comerciales para domingos y festivos. Los miembros del Consell dependientes de Compromís pretenden cerrar a cal y canto esos días a pesar de la legislación vigente establecida por sus predecesores, ciscándose en la inseguridad jurídica que ello provoca y los perjuicios que se derivan a nivel nacional e internacional no sólo para los consumidores sino para los inversores.

Por el contrario, los Departamentos regidos por el PSPV quieren ser más flexibles y acomodarse a los tiempos actuales, en los que la libertad de horarios es cada vez más exigida por los usuarios y, pos supuesto, por las superficies comerciales.

La pregunta es obvia ¿Quién se atreve a invertir si no se tiene la seguridad de que la ley no va a cambiarse?.

La imagen que ha dado el director general de Comercio (Compromís), Natxo Costa, en su empeño por clausurar la actividad en más de cien días al año, no ha podido ser más dañina. Para la Comunitat Valenciana y para él mismo. Tanto que su correligionario de Alicante llegó a invitarle a dimitir por el traspiés y el ridículo protagonizados. Así es la vida.