Iñaki Zaragüeta

Rivera y sus sinsentidos

La Razón
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Albert Rivera da la impresión de haberse emborrachado de poder, como mal de altura, y perder ese norte tan aprovechado hasta ahora para pasar a una suficiencia que le nubla la percepción de la realidad. Quizás por protagonizar un salto tan espectacular como partir de la humildad y llegar a considerarse el centro del universo político. Ahora aparenta estar convencido de que él tiene la puerta de todo poder hasta, incluso, de verse presidente del Gobierno.

Rivera desde que acompaña a un Sánchez en plan presidente, pisando moqueta de primera, no ha hecho otra cosa que abundar en contradicciones. Si no, que explique por qué discrepa, por un lado, del veto simultáneo a Mariano Rajoy y al Partido Popular y, de otro, ha pactado con él sin hacer la mínima presión para que levantara el anatema. Si no a Rajoy, a la formación popular.

Que nos desentrañe esa disposición a pactar a todas bandas. La reforma constitucional y la configuración del Estado con el PP. Las políticas sociales y la regeneración democrática con Podemos. ¿Lo dice en serio?

Con el PP está claro porque es imprescindible para cualquier movimiento en la configuración del Estado y reforma constitucional. Pero ¿con Podemos las políticas sociales y la regeneración democrática? ¿Se ha reconvertido Rivera hacia un modelo de mayor gasto público, menor crecimiento, más paro...? ¿Está interesado por llevarnos a la democracia promovida por Iglesias y los suyos hacia el sistema bolivariano de Chávez, Maduro, Corea del Norte y demás regímenes dictatoriales comunistas?

Rivera tiene un mérito extraordinario al crear de la nada Ciudadanos y por en dónde lo fundó, Cataluña, y por cuándo, en el peor momento para los españolistas. Y ahora ¿el tiovivo? Así es la vida.