Política

Restringido

Una segunda oportunidad

Una segunda oportunidad
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Nuestro Gobierno ha decidido enviar a Irak instructores para ayudar al adiestramiento de una brigada local. Con los efectivos de protección y apoyo sumaran unos 300, en principio en zona durante seis meses. También se ha acordado alguna medida más de apoyo –casi simbólico– a la coalición liderada por EE UU, que trata de neutralizar a los radicales islamistas del IS.

Normalmente suelo criticar apoyos tan tímidos como este con los que diferentes gobiernos españoles suelen contribuir a la estabilización internacional. En este caso no lo haré, básicamente por dos razones: porque no veo clara la estrategia –el objetivo deseado– que persiguen los norteamericanos y los imprescindibles turcos; y en segundo lugar, porque esta intervención puede permitir recuperar el consenso interno político español roto por la participación en la estabilización posbélica del Irak de 2003.

Turquía y EE UU tienen estrategias enfrentadas, como se esta viendo en el cerco de Kobane por el IS, que lleva camino de convertirse en algo parecido a la Misión del Álamo que inflamó los ánimos de los tejanos contra los mejicanos del general López de Santa Anna. El presidente Erdogan se está arriesgando a una insurrección general kurda por la ciudad mártir, mientras que insiste en establecer una zona de no vuelo sobre el norte de Siria que en la práctica esta asegurada, pues sólo vuelan los aviones de la coalición. Lo que Erdogan parece querer –y EE UU no desea conceder– es un enfrentamiento formal con el Gobierno alauita de Al Assad al no respetar de jure la maltrecha soberanía siria. Alternativamente, EE UU parece buscar un equilibrio en general del Oriente Medio, lo que choca con los planes del aspirante a caudillo turco sunita.

Por otro lado, PP y PSOE se enfrentaron gravemente en 2003 por nuestra contribución a la estabilización de Irak una vez acabadas las hostilidades contra Sadam Hussein. Se rompió así un consenso en nuestra política de seguridad internacional que tanto nos había servido, entre otras cosas para poner en valor y disimular la pequeña inversión en Defensa que viene realizando nuestra Nación y que no se corresponde con el lugar que deseamos en el mundo. Por ello, veo esta tímida participación como algo que nos puede ofrecer una segunda oportunidad –mientras se aclara la situación– para enmendar los errores que cometimos hace ya 11 años por aquellas atormentadas tierras.