
«De Bellum luce»
Los consejos de los «podencos» del PP
Cada vez que los barones dudan o se dispersan, Vox gana credibilidad entre los votantes que buscan firmeza y al PSOE le cae regalado otro balón de oxígeno
El problema de la derecha española no es tener debate interno, sino no saber dirigirlo. Vox se maneja con soltura a la hora de imponer conversación. Desde el aborto hasta la inmigración, incluso el impresentable plante al Rey en el Desfile Nacional. Siempre logra que todos hablen de lo que a ellos les interesa sin que tengan que hacer mucho esfuerzo. En buena parte lo consiguen porque el PP reacciona sin un mensaje común, con un coro de voces en el que cada dirigente territorial dice aquello que más le conviene para su microcosmos de votantes.
Vox domina así el arte de la agenda, y, desde posiciones antagónicas, va abriendo el camino a la izquierda. Por mucho que se enfaden algunos, este partido es la muleta perfecta para Pedro Sánchez, que lo que quiere es ver a la derecha competir por el dogma, y no por la gestión, por el realismo o por la eficacia.
A este desafío estratégico, Génova, quizás, sólo le puede meter mano tomando nota de lo que cuentan apartados «podencos» del partido, que no hace tanto eran los mejores perros de caza de la bancada popular. Desde su forzado retiro hablan de que el PP necesita recuperar centralismo, entendido como mando desde Madrid, y que cada uno de los «delegados» del partido en las comunidades autónomas obedezca a la estrategia del «sultán» que gobierna en la sede nacional. No es aventurado concluir, sometiendo a juicio los hechos, que cada vez que los barones dudan o se dispersan, Vox gana credibilidad entre los votantes que buscan firmeza y al PSOE le cae regalado otro balón de oxígeno.
Es evidente que a Vox le interesa hablar, por ejemplo, del aborto, no porque espere cambiar las leyes, sino porque necesita reconstruir identidad desde lo moral y lo cultural, y tapar de esta manera que no tienen ni una sola propuesta original en el terreno económico o territorial. Para ellos, el aborto es el símbolo perfecto del choque civilizatorio, la familia tradicional versus el relativismo progresista. En este sensible tema, los «podencos» lo tienen claro: «No hay que moverse de reivindicar el derecho a la maternidad libre y apoyada, defender la ley actual como un consenso social que no se toca, sin necesidad de entrar en el terreno moral, y rebatir a Vox dando contenido al mantra de que el PP es el partido que gobierna para todos, y no solo para una parte. Para el que quiera escuchar, dicho queda.
Un apunte a pie de página: la izquierda va contando que en Andalucía le viene una DANA con la Sanidad al PP. Veremos.
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