Sin Perdón

La Diada y el retorno de Judas Puigdemont

Puigdemont es otro heredero de las mentiras patrióticas y un peón, como es habitual, de las elites burguesas que siempre intentan sacar provecho

Este lunes se celebra la Diada. Es una celebración absurda que forma parte del imaginario colectivo del nacionalismo. Como catalán nunca me he sentido identificado, porque las mentiras históricas me producen un gran rechazo. Había otras fechas más idóneas para celebrar la Fiesta de Cataluña. Los historiadores partidistas y los pseudohistoriadores aficionados llevan mucho tiempo adoctrinando al pueblo catalán, desde las escuelas a las universidades pasando por el mundo asociativo, con una serie de invenciones para dar cuerpo a una identidad. La mentira ha sido algo consustancial a las elites catalanas para manipular al pueblo. Felipe V, juró en las Cortes de Barcelona (1701), las Constituciones Catalanas y cuando finalizaron concedió, entre otros honores, títulos y cartas de nobleza. A pesar de ello, algunos nobles y burgueses decidieron que sacarían mayor provecho traicionando a su legítimo rey. Por ello, alcanzaron en 1705 un acuerdo en Génova con los ingleses para apoyar las pretensiones del archiduque Carlos. La mejor demostración del compromiso del austriaco con las elites catalanas y con España fue cuando murió su hermano José I. Con gran rapidez prefirió convertirse en Carlos VI, emperador de Sacro Imperio Romano Germánico. La Guerra de Sucesión finalizó y todos sacaron tajada.

Las traiciones de algunos catalanes las pagaron los españoles. A pesar de las mentiras sobre ese periodo, la realidad histórica es que el reinado de Felipe V fue muy provechoso para Cataluña. Y así ha sido desde entonces. Puigdemont es otro heredero de esas mentiras patrióticas y un peón, como es habitual, de las elites burguesas que siempre intentan sacar provecho. Por una parte, están los que este lunes saldrán a la calle para reclamar la independencia. Una colección de ingenuos que han perdido su utilidad. En la otra, se encuentran Puigdemont, Junqueras, Rovira y Aragonés que están deseosos de pasar página. Lo único importante es el relato. Todos coinciden, por razones diferentes, en apoyar la amnistía. El fugado expresidente necesita dinero y volver a casa, mientras que los otros quieren desactivarlo para gobernar en Cataluña con los socialistas. Jesucristo tuvo su Judas y la causa independentista, afortunadamente, tiene a Puigdemont para ejercer ese papel.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)