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El PSOE debe mirar al futuro

La Razón
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Nada sería peor para el PSOE que cerrar en falso la grave crisis abierta en su seno tras la peripecia vivida por su último secretario general, Pedro Sánchez, que terminó con su defenestración y el nombramiento de una comisión gestora. De ahí que no nos parezca que sea una buena solución repetir, aunque con distintos personajes, el mismo escenario de enfrentamiento ideológico que llevó a la ruptura al Comité Federal y dejó malparada la imagen del partido ante la opinión pública y ante sus propios militantes. El socialismo español puede tener ahora una inmejorable oportunidad para restañar heridas, recobrar la unidad y reclamar el lugar que le corresponde como alternativa de Gobierno, pero sólo si es capaz de mirar hacia adelante y reconocerse en sus señas de identidad. Es, con otras palabras, la exhortación que hizo el pasado sábado el presidente de la gestora, Javier Fernández, a sus compañeros, a quienes emplazó a reconocerse en el socialismo moderado –que fue uno de los grandes protagonistas de la Transición y de la transformación económica y social de España– y no en esa caricatura de radicalidad izquierdosa, que ve enemigos donde sólo hay adversarios y se cree poseedora única de la verdad, en la que algunos han querido situar al PSOE. La posición que representa el veterano dirigente asturiano no es sólo la única razonable en un sistema democrático avanzado, en el que nadie tiene el patrimonio de la legitimidad política, sino que ha sido refrendada mayoritariamente por la dirección federal del partido. Por ello, cabe preguntarse por la oportunidad de una candidatura como la que representa el socialista vasco Patxi López –que ayer anunció que competirá en las próximas primarias para la Secretaría General del PSOE– que no es más que el retorno a un modelo de partido y a un proyecto ideológico que ha sido reiteradamente rechazado por los electores y por una parte significativa de sus propios votantes. Sin entrar en otro tipo de consideraciones, Patxi López tendría que asumir el hecho de que fue miembro destacado de la Comisión Ejecutiva Federal que presidió Pedro Sánchez, cuyo proyecto sufrió dos derrotas consecutivas inapelables en las urnas, hasta llevar al PSOE a sus peores cotas de representación. Con todo, lo más grave no es que Patxi López obvie su responsabilidad en las derrotas como secretario de acción política del partido, sino su empecinamiento en el error. Ayer volvió a los mismos planteamientos radicales que han alejado al PSOE de la centralidad, enajenándole el apoyo de muchos votantes, afirmando que quiere «un partido de izquierda exigente, no un analgésico de las políticas de la derecha» y afirmándose en el «no es no» que propugnaba Pedro Sánchez. Es decir, el mismo proyecto que ha roto al PSOE y que ha estado a punto de llevarlo a la irrelevancia política, superado por Podemos. Patxi López no puede ser, pues, el futuro, toda vez que se remite a los errores del pasado. Por ello, y sin querer entrar en la dinámica interna del partido, la solución pasa necesariamente por unos candidatos que sean capaces de recuperar la identidad socialdemócrata del PSOE y su posición de centro-izquierda en el espectro ideológico español. Creemos que la actual presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, encaja perfectamente en el perfil buscado y sería conveniente, no sólo para el PSOE, sino para la estabilidad institucional, que se decidiera lo antes posible a despejar las dudas sobre su candidatura. El socialismo español debe mirar al futuro, pero desde sus auténticas raíces.