La situación
La enloquecida campaña americana
«Se puede suponer que estos cuatro días van a ser un ejemplo de desmedido culto a la personalidad del líder fuerte»
A partir de hoy (en realidad, a partir de ayer), el mundo se va llenando de teorías conspirativas sobre quién fue el auténtico responsable de que un individuo de veinte años disparara contra Donald Trump. Quizá no lo lleguemos a saber, igual que nunca se ha aclarado quién ordenó matar al presidente Kennedy o a su hermano Bobby. El azar ha querido que ese tal Thomas Matthew Crooks fallara el tiro por apenas unos milímetros, aunque sí acabó con la vida de un espectador del mitin.
Lo que le faltaba a esta enloquecida campaña electoral era que alguien quisiera asesinar a uno de los candidatos, y que el servicio de seguridad no fuera capaz de impedir que un francotirador con un rifle de asalto se pudiera encaramar a una nave desde la que tener línea de tiro hacia la tribuna del mitin. No estaban en medio de los rascacielos de una gran ciudad, mucho más difíciles de mantener bajo control. Era un pueblecito y el escenario del mitin se había montado en pleno campo. Algo ha fallado gravemente.
El intento de asesinato de Trump se produce, además, cuando hoy comienza la Convención Nacional Republicana, donde será ungido de forma oficial como candidato a la presidencia. Si eso ya iba a ocurrir en un ambiente de enorme tensión hooliganista desaforada, propia del trumpismo, se puede suponer que estos cuatro días van a ser un ejemplo de desmedido culto a la personalidad del líder fuerte, capaz de meter en vereda a todo el que se mueva. Si la polarización provocada por Trump durante su mandato acabó por derivar en el asalto al Capitolio, ¿qué será lo siguiente, después de tener la experiencia personal de sobrevivir a un intento de asesinato?
Y, al otro lado, los demócratas siguen sin resolver su melancólico caminar hacia el precipicio, si no convencen a Joe Biden de no destruir su propio legado. Biden podría pasar a la historia por la hazaña de ganar a Trump en 2020 y sacarlo de la Casa Blanca. Pero ahora podría pasar a la historia por facilitar la vuelta de Trump al poder.
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