Sin Perdón

El escándalo del Caso Pegasus

«Es necesario, como sucede en otros países, llegar hasta el final en esta cuestión tan inquietante»

Es una gran noticia que la Audiencia Nacional reabra el caso Pegasus, que es el nombre del software instalado en los teléfonos móviles del presidente del Gobierno y de los ministros de Defensa, Interior y Agricultura. Ha sido gracias a la Orden Europea de Investigación (OEI) emitida por las autoridades judiciales francesas que incorpora una investigación realizada como consecuencia, también, de múltiples intervenciones en móviles del país vecino. Es necesario solicitar la ayuda al gobierno israelí utilizando los cauces diplomáticos para que la empresa propietaria de ese software colabore para esclarecer lo sucedido. Es cierto que no es el mejor momento por la guerra contra los terroristas de Hamás y las declaraciones de Sánchez contra Israel, así como el pintoresco e infructuoso periplo en el Falcon para recabar apoyos para reconocer un estado palestino. Como es lógico, fue un fracaso estrepitoso que ha sido silenciado o minimizado por la izquierda mediática. Es muy grave que información sensible que afecta al presidente del Gobierno y a varios miembros de gabinete pueda haber caído en manos de otros Estados, servicios de inteligencia extranjeros o grupos criminales.

Hay que asegurarse de que no se ha comprometido la seguridad nacional, así como la libertad de actuación de nuestro Gobierno en política exterior. Es algo en lo que el PP, acertadamente, viene insistiendo y que Sánchez debería ser el primer interesado en clarificar. Es sorprendente que Francia esté más interesada que nosotros en saber qué es lo que ha sucedido. Por otra parte, la tendencia irrefrenable del sanchismo hacia la opacidad contrasta con lo que reclamaba cuando estaba en la oposición. La ley de Transparencia y Buen Gobierno no se cumple con el rigor que es exigible en una democracia. El término secretos oficiales o materias reservadas se utiliza en exceso. Por ello, debería modificarse la citada ley incorporando sanciones ante cualquier incumplimiento, así como hacer una de secretos oficiales que nos equipare entre las democracias más avanzadas y transparentes del mundo. Otra cuestión interesante sería constituir una comisión de investigación en el Senado dedicada, precisamente, a la Transparencia y el Buen Gobierno. Uno de los temas que debería tratar es el escándalo Pegasus porque es necesario, como sucede en otros países, llegar hasta el final en esta cuestión tan inquietante.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).