Sin Perdón
¿Franco ya no interesa a Sánchez?
«El problema de la izquierda política y mediática es que Franco murió en la cama y la oposición nada tuvo que ver»
Los días pasan sin que tengamos noticias de los numerosos actos que Sánchez quería organizar para celebrar la muerte de Franco y la llegada de la democracia. La cifra era enorme. La verdad es que me causa pereza que hablemos del dictador cuando han pasado tantos años desde su muerte. Con este fin colocó a una desconocida historiadora de medio pelo; no es ni académica ni catedrática, con una obra tan pobre como escasa. Era un mal inicio, porque un acontecimiento tan relevante para el sanchismo hubiera precisado alguien con una cierta credibilidad. He de reconocer que me sorprendió esa incapacidad, porque esperaba el nombramiento de alguno de esos historiadores mediocres, como el fanático Ángel Viñas, que tienen, al menos, nombre. Me imagino que tienen un límite en su capacidad de hacer el ridículo. En cambio, el Gobierno está volcado en el Valle de los Caídos y la chorrada de la resignificación, que supongo que se traducirá en montar un parque temático para manipular la historia. Es algo que hacían los comunistas en Rusia, Cuba, China y Camboya.
El problema de la izquierda política y mediática es que Franco murió en la cama y la oposición no tuvo nada que ver. Y hay demasiados «hijos» de franquistas condicionados por el síndrome del impostor. A diferencia de ellos, no pertenezco a una familia del régimen y desprecio a los pseudohistoriadores, aunque algunos sean profesores, al servicio de la memoria histórica que han convertido en un buen negocio. Por más que se empeñen no conseguirán imponer sus mentiras. Espero que cuando el PP recupere el Gobierno regrese el sentido común, el rigor histórico y se acaben las mentiras. Y habría que llenar las calles con placas que permitan recordar los crímenes cometidos por la izquierda durante la Segunda República y la Guerra Civil. Ya que quieren memoria habrá que resignificar el Valle de los Caídos, para que se conozca la realidad de una de las mayores persecuciones de la historia contra los católicos. Habrá que poner placas que recuerden a las decenas de miles de asesinados y torturados. Es fundamental que no perdamos la memoria. Es algo que ya deberían hacer las autonomías y los ayuntamientos gobernados por el PP. Todo con un enorme rigor histórico, a diferencia de lo que hace Sánchez.
Francisco Marhuenda.De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)