Sin Perdón

García-Page, una voz en libertad

«Es mejor rodearse de gente valiosa que de mercenarios o lobistas cuya lealtad

se basa en la soldada»

No hay nada mejor que ganar elecciones para poder resistir la ofensiva sanchista. Es evidente que García-Page es una voz incómoda dentro del PSOE, pero es fundamental para contrarrestar la imagen de pensamiento único que gusta tanto al inquilino de La Moncloa y su corte de mercenarios, adeptos y fieles. Nunca le he restado méritos o menospreciado, como muchos de los que actualmente le rodean, pero no creo en su infalibilidad. No es el primer presidente del Gobierno y me temo que no será el último en contar con una corte de pretorianos que aplauden todas sus ocurrencias, sean buenas o malas, sin ningún atisbo de independencia. El presidente castellano manchego tiene las ideas muy claras y cuenta con un buen equipo que no ha sido elegido por la intensidad de sus aplausos al líder. Es un criterio acertado. Es mejor rodearse de gente valiosa que de mercenarios o lobistas cuya lealtad se basa en la soldada que reciben. Page representa el PSOE con vocación de ganar elecciones y lo que tiene que ser un partido político a partir del espíritu del precepto constitucional y su desarrollo legislativo.

Los políticos mesiánicos y populistas son un desastre en cualquier democracia. Cuando logran el poder en un partido lo conducen a un modelo partitocrático, como sucede con Vox, donde el líder y sus colaboradores siempre tienen la razón. Por ello, se agradece que el PSOE cuente con voces libres a la vez que leales como Page. La política tiene que basarse en la defensa de unos ideales y principios, así como del servicio público, el mérito y la capacidad. El sanchismo ha renunciado, desgraciadamente, a esa buena política para sustituirla por la obsesión por la permanencia, a cualquier precio, en el poder. La centralidad no es gobernar desde las posiciones de la izquierda radical iberoamericana con el apoyo de los comunistas, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA. Es lógico que Page no se sienta cómodo con este modelo. La estabilidad se sustenta en unos socios que no comparten un programa de gobierno y se sienten cómodos con la debilidad de Sánchez, porque le pueden sacar muchas concesiones. Page desarrolló ayer en LA RAZÓN una serie de ideas y pactos que tendrían que ser asumibles sin problema por el sanchismo.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).