Sin Perdón
El guanaja de Tito Berni
«Desde que gobierna Sánchez han desaparecido los problemas de vivienda, los desahucios y la emergencia social»
Siempre he pensado que los políticos deberían ser más prudentes a la hora de criticar la corrupción que afecta a otros partidos, porque existe el riesgo de que aparezca, cuando menos se lo esperan, en el propio. En un año electoral clave, los socialistas se han encontrado con la irrupción del escándalo de Tito Berni y sus conmilitones. Llevamos años con la corrupción del PP, aunque mientras tanto van surgiendo escándalos en las filas socialistas que, casualmente, no despiertan el mismo interés mediático. No se esconde la información, pero se da pequeña, ya que no merece abrir los informativos, protagonizar las tertulias o convertirse en titulares de los influyentes digitales de la izquierda. Desde que gobierna Sánchez han desaparecido los problemas de vivienda, los desahucios y la emergencia social. Lo que se exacerbaba o exageraba en tiempos del PP, provocando alarma en la sociedad, ahora ya no es necesario utilizarlo. Es la ventaja de tener en nómina a las acólitas y los acólitos de Pablo Iglesias, así como engrasar la maquinaria de los sindicatos con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
La casta de la izquierda no tiene motivos para manifestarse, con la excepción de promover huelgas contra Ayuso. Los bomberos del PSOE, generalmente muy eficaces, se han puesto en marcha para contener los daños y focalizar el problema en el mediador. Ha regresado el relato. Por supuesto, cuentan con el inestimable apoyo de los voceros habituales, que no quieren que las andanzas de Tito Berni y sus amigos perjudiquen las expectativas de Sánchez. Al exdiputado canario lo presentan como una persona irrelevante. Lo denominan, como dicen en Canarias, un tolete, papafrita, verija, guanaja, bombomierda, machango, batata, totorota y cabraloca. Tras escuchar estas divertidas definiciones me pregunto cómo es que acabó siendo diputado. El aparato socialista aclara que es un pobre hombre que fue seducido por unos depravados. Un político socialista, sensato y buen amigo, me decía que había que expulsar a los diputados que habían reincidido en esas comidas. En una puedes ir engañado, pero a la segunda es evidente que te dejas seducir por el lado oscuro de la fuerza. Sánchez debería nombrarlo secretario de Organización para que ponga orden. Con Patxi y Santos Cerdán camina al desastre.
Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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