Historias del mundo

Humanos con piel de oso

«No es la primera vez que los zoológicos hacen trampa, ya se han visto leones que ladran»

Cuántas veces no creemos lo que tenemos delante por mucho que miremos. En ocasiones, llegamos tan sugestionados a nuestra primera impresión, ya sea por los rumores o por lo que «nos han contado», que hasta somos capaces de no encontrarle parecido alguno a un bebé con su padre, aunque sean como dos gotas de agua de distinto tamaño. El poder de la mente es abrumador y puede jugarnos malas pasadas. A algunos les gusta seguir en sus trece, puede que sea más fácil no llevarle la contraria a su primer pensamiento. Tanto es así que en China tienen un problema que podría tener consecuencias desastrosas.

En el Zoo de Hangzhou, en Zhejiang, no se creen que los osos sean animales, sino trabajadores disfrazados de plantígrados. En las redes sociales chinas corren vídeos como la pólvora y examinan los movimientos del oso. Todas las conclusiones son las mismas: es un humano. Su base científica se cimienta en que no es la primera vez que los zoológicos hacen trampas. En internet recuerdan a los burros pintados con rayas como si fueran cebras, o a las razas tan especiales de leones que ladran. En Henan, en 2013, cazaron a un mastín tibetano en la jaula del rey de la selva y en Sichuan, un golden retriever, estaba ataviado para hacer las veces de león africano.

Pero el caso de Hangzhou va más allá. Analizan sus medidas, su postura y hasta los gestos humanos del oso. La separación entre sus piernas, como se yergue... Tiene que ser un trabajador del centro con disfraz, no hay duda. Ante el temor de que el oso sea un oso y acabe lastimando a algún incrédulo, en el Zoo han puesto un sarcástico cartel frente a su guarida.

«Soy Angela, la osa del sol. Ayer me llamó el jefe del Zoo para preguntarme si estaba haciendo el vago y me había saltado el trabajo para buscar un humano que me sustituyera», reza el comunicado. «Permítanme reiterar que soy un oso solar, no un oso negro, ni un perro». Lo cierto es que esta especie, conocida como oso malayo y propia de las zonas tropicales del sureste asiático, tiene un tamaño menor a los aterradores osos pardos. Sin embargo, resulta más fácil ver a un humano disfrazado.