Sin Perdón

Un incómodo 12-O para Sánchez

«No creo que Puigdemont se vuelva a dejar engañar por los tahúres monclovitas»

Los abucheos, desgraciadamente, se han convertido en algo habitual cuando aparece. Es cierto que no se enteran los españoles que ven el inmenso NO-DO que RTVE ha organizado en sus programas informativos. Me imagino que La Moncloa debe añorar, ahora que celebran en secreto la muerte de Franco, los tiempos de la Transición en que solo existía una televisión y, además, los periódicos que provenían de la Prensa del Movimiento. Esto permitía que los españoles, dicho irónicamente, estuvieran muy bien informados. Es lo que sucede en los países con los que Sánchez y sus aliados comunistas y antisistema tienen magníficas relaciones como son Cuba, Nicaragua, China y otras grandes democracias populares. La incomodidad no es solo con los ciudadanos que espontáneamente le muestran su malestar por las decisiones que toma y su política de pactos basada en mentiras y engaños. Lo es con todos aquellos que defienden el ordenamiento constitucional. No me gusta que nadie sea abucheado, pero es bueno que reflexione sobre el enfado de mucha gente por haber comprado la presidencia del Gobierno con la amnistía o que tenga como aliados a los antiguos dirigentes de la banda terrorista ETA.

Hay que recordar que también han sido abucheados los expresidentes del Gobierno del PP, aunque entonces la izquierda política y mediática no solo lo aplaudía, sino que algunos lo impulsaban con enorme fervor. Los sanchistas tienen una memoria muy frágil y olvidan las campañas que sufrieron, por ejemplo, Aznar o Rajoy, así como numerosos alcaldes o presidentes autonómicos. Y no solo el PP, sino también UCD sufrió campañas de acoso impresionantes que no eran simples abucheos. Sánchez se equivoca con una estrategia de polarización que persigue su supervivencia política, como líder de la oposición, cuando vuelva a perder las elecciones. La amnistía le permitió ser presidente, renunciando a todo lo que había afirmado con esa solemnidad que le caracteriza, aunque el Congreso es de centro derecha. No creo que Puigdemont se vuelva a dejar engañar por los tahúres monclovitas. Me gusta esto último, porque es lo que le decía Guerra a Suárez que fue un gran presidente y, sobre todo, una persona de una gran calidad humana. Eran otros tiempos y los sanchistas no solo atropellan el español, sino que se dedican a mentir, insultar y descalificar.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)