Sin Perdón

La inestabilidad del sanchismo

«No acepto que se considere progresista pactar con los antiguos dirigentes de ETA o con los independentistas»

El resultado de las elecciones abre un inquietante período de inestabilidad y cesiones si los enemigos de España apoyan un gobierno de perdedores. No creo que nadie se tome en serio la afirmación de que no se negociará ni la amnistía ni el referéndum, porque tampoco lo es hablar de una mayoría progresista. En este punto, si aceptamos esa apropiación de la palabra para asociarla a la izquierda estamos ante una absurda ficción. El PNV y JxCat son dos formaciones de derechas. No acepto que se considere progresista pactar con los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA o con los independentistas que lo único que quieren es debilitar España para avanzar hacia la ruptura. Los socialistas utilizan expresamente las palabras amnistía y referéndum para esconder que se pueden aprobar actuaciones que tengan un efecto similar. Lo primero es muy evidente si se impulsa una reforma legal que hagan desparecer, definitivamente, los delitos cometidos por Puigdemont y sus colegas. En lo otro se puede buscar una consulta que no sea vinculante, pero que signifique la consagración de facto de la ruptura que quieren personajes como Junqueras, Aragonés, Puigdemont y Otegi.

Una consulta, se llame como se llame, que permita identificar el sí y el no será el aval que necesitan los que quieren acabar con nuestro país. No importa que triunfe el no, porque lo volverán a reclamar. En este camino rupturista impondrán nuevas exigencias que vayan expulsando a España de esos territorios.

Es bueno tener siempre presente el proceso que se vivió en Irlanda con la guerra angloirlandesa (1919-1921), el tratado angloirlandés (1921) y la guerra civil (1922-1923). Tras convertirse en un Estado Libre y unos años de autogobierno bajo una jefatura simbólica del rey, Irlanda aprobó una constitución (1937) y proclamaría finalmente su independencia en 1949. Al nacionalismo secesionista solo se le para con la ley y la democracia, no con las cesiones como sucedió en la pasada legislatura. Un gobierno débil, como el que podría formar Sánchez con el apoyo de los independentistas y los bilduetarras, solo serviría para que avancen hacia el rupturismo.

Francisco Marhuenda,es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones.