Opinió

La Inmaculada Concepción, Patrona de España

La identidad nacional e histórica de España está fuertemente unida a la devoción inmaculista mucho antes de que fuera definida como una verdad divinamente revelada

La Inmaculada Concepción es conmemorada hoy con especial relieve por la Iglesia Católica en todo el mundo, siendo España uno de los lugares donde se produce con más arraigo y veneración. La identidad nacional e histórica de España está fuertemente unida a la devoción inmaculista mucho antes de que fuera definida como una verdad divinamente revelada. El que hoy es el Dogma de la Inmaculada Concepción de María, es el tercero de los actuales cuatro dogmas marianos –junto a la Maternidad Divina, la Perpetua Virginidad y la Asunción gloriosa a los Cielos–, y fue definido por el papa beato Pío IX, el 8 de diciembre de 1854. Pero ya siglos antes, España se había mostrado como ferviente defensora de la Concepción Inmaculada de la siempre Virgen María. En 1585 los Tercios españoles combatiendo en Flandes obtuvieron una victoria encontrándose ya en una situación límite y optando por la muerte antes que por una rendición digna que les había ofrecido el Almirante holandés Holac, y que le llevaría a afirmar que «tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro». El inesperado encuentro de una tabla flamenca muy hermosa de la Inmaculada Concepción, por un soldado que excavaba una trinchera la noche del 7 al 8 de diciembre en la loma del islote donde estaban rodeados, fue interpretado como un signo de su protección que se materializó en una insospechada ola de frío que congeló las aguas durante esa noche provocando la desbandada enemiga. La Inmaculada será proclamada patrona de los Tercios españoles siéndolo hoy del Arma de Infantería. Numerosas y diversas instituciones españolas la tienen por singular Patrona siendo Carlos III quien en 1760, un siglo antes de ser definido el Dogma, solicitó y obtuvo de Clemente XIII una Bula Declarando y Estableciendo por «Principal y Universal Patrona y Abogada de los Reinos de España y de las Indias, a la Santísima Virgen María, nuestra Señora, en el Misterio de su Purísima Concepción».

Nuestro insigne Lope de Vega la honra con maravillosos versos: «No cupo la culpa en Vos,/Virgen Santa, bella y clara;/que, si culpa en Vos entrara/no pudiera caber Dios».

Con razón, Pío IX tras definir el Dogma, quiso honrar a la nación que con más ahínco había defendido durante siglos la verdad Inmaculista, colocando el primer monumento a la Inmaculada Concepción en la Plaza de España

de Roma, la capital de sus Estados Pontificios.