Al portador
«Insidia» y «fango» y el ADN de las palabras de Sánchez
Sánchez, con Illa en la Generalitat, habría logrado el primer objetivo de su último movimiento
Confucio (551-479 a.C.), hace más de dos milenios, ya percibió que «si no se conoce el valor de las palabras de los hombres, no se les puede conocer a ellos mismos». Las palabras también tienen su ADN, explica Inés Olza, lingüista e investigadora del Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. La experta habla de «fango, insidia y sinrazón y otras catorce palabras del discurso de Pedro Sánchez para alimentar la polarización», en un informe sintético en The Conversation, aparecido en la recta final de la campaña electoral catalana. Olza analiza el discurso televisado del presidente para anunciar, tras su amago, que continuaba al frente del Gobierno, y la posible influencia en las elecciones catalanas de mañana. Los que conocen los datos de las encuestas que manejan los partidos –vetadas para el resto de ciudadanos– apuntan a un nuevo tripartito encabezado por Illa, con el apoyo de ERC y los «Comunes» de Colau. Para los indepes de ERC, integrados en el nuevo Govern, sería una forma de asumir su fracaso y dirimir sus cuitas internas al abrigo del poder. Menos da una piedra.
Sánchez, con Illa en la Generalitat, habría logrado el primer objetivo de su último movimiento. La lingüista Olza utiliza las herramientas del programa Sketch-Engine para analizar el discurso presidencial del «yo sigo». El análisis detecta que de las 30 palabras clave –keywords– de la intervención, 17 poseen una valencia –carga emocional– muy negativa, como «fango, insidia, difamación, sinrazón, bulo, impunemente, descrédito, convulso, perversión, regresivo, irreparable, falsedad, desconcertar, grosero, indiscriminado, aquejar y desastroso». La experta añade en The Conversation que otros tres términos más, «inimaginable, colonizar, admisible», pueden orientarse en varias direcciones, «pero en este contexto también sirven para emitir una valoración negativa: no admisible, prácticas inimaginables, el fango coloniza impunemente». Por el contrario, el presidente sólo usó cinco palabras con valencia positiva o neutra positiva: «troncal, sobreponer, regeneración, firmeza y serenidad». La experta concluye que la comparecencia del inquilino de La Moncloa que «la retórica intensificada de polaridad negativa» predominó en sus palabras. Sánchez no es original, precisa Inés Olza. Hay ya muchas investigaciones científicas sobre este tipo de lenguaje político discursivo que, claro, también influirá en la decisión de los votantes mañana, conozcan o no el ADN y el valor de las palabras de los hombres, como aconsejaba Confucio.
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