El trípode

Una investidura de la infamia y para la Historia

Sánchez ha negociado su investidura en el extranjero; con un huido de la justicia, y su gestión será sometida a la auditoría de 4 relatores internacionales, también en el extranjero.

No hay palabras para definir esta infamia. Leer las 24 páginas del texto de la proposición de ley orgánica de auto amnistía de los separatistas catalanes para que mantengan a Sánchez en La Moncloa, confirma los peores augurios al respecto. Más de 50 veces afirma su «constitucionalidad» lo que remite a la máxima del derecho romano: «Excusatio non petita accusatio manifesta», la plena conciencia de que es una norma inconstitucional. Tras esa lectura, volver a visionar las reiteradas y contundentes declaraciones de los integrantes del actual gobierno en funciones encabezados por el mismo Sánchez, descartando la posibilidad de aprobar una amnistía a los secesionistas catalanes por el procés, provoca una mezcla de estupefacción, e indignación no fácilmente contenible. Borrar como inexistente para la ley y la justicia, todo lo sucedido en Cataluña en los últimos once años (siempre que haya sido para intentar consumar la ruptura de España), a cambio de 7 votos para que Sánchez siga en La Moncloa, es sencillamente algo que supera todo lo imaginable en una sociedad civilizada y de un país organizado como una democracia en un Estado de derecho. El interés general de España también reiteradamente aludido, para los redactores queda concretado en que Sánchez siga en La Moncloa, en su exclusivo interés personal. Que se atrevan los socialistas sanchistas a defender todavía que esta amnistía se promueve en favor de la «convivencia», es un insulto a los españoles, confundiendo a «la parte» –sus apesebrados comilitones– con «el todo» –el conjunto de los españoles– que contemplan atónitos e indignados la venta de la Nación española y su estado de Derecho a sus enemigos, por su mera conveniencia. El pueblo español ha despertado, y en ello radica la confianza de que esta ignominia sea transitoria y se le pueda aplicar el refrán de que «no hay mal que por bien no venga» y sea como «una mala noche en una mala posada» en la Historia. El interés general y la «convivencia» en España depende para ellos de que Sánchez siga en La Moncloa. A cambio de que unos políticos, juzgados y condenados por el Tribunal Supremo, –y ya indultados sin arrepentimiento alguno y precisamente para que él estuviera allí–, ahora, y para que pueda seguir allí, son amnistiados junto al máximo responsable, –huido de la justicia durante seis años– y de centenares de responsables de multitud de delitos cometidos por los progresistas CDR y «Tsunami democràtic». Sánchez ha negociado su investidura en el extranjero; con un huido de la justicia, y su gestión será sometida a la auditoría de 4 relatores internacionales, también en el extranjero. No hay palabras.