A pesar del...

La jornada y el Tercio de Flandes

Ahí están las dos consecuencias laborales de la izquierda: salarios bajos y más paro. Bendito sea el progreso

El titular de El País era: «Dos tercios de los españoles respaldan la reducción de la jornada laboral». Obviamente, el tercero era el Tercio de Flandes.

No cabía otra alternativa. Si hay una tercera parte de la población de nuestro país que se opone al gran regalo propuesto por el ministerio de Trabajo, y de los socialistas de todos los partidos, a saber, trabajar menos pero no cobrar menos, solo pueden ser los infantes de esta hispánica tierra que se cubrieron de gloria por su valor y gallardía en los Países Bajos hace más de cuatrocientos años. Asombrosamente, a los progres de El País tan inaudito heroísmo no les llamó la atención. Se limitaron a desgranar la encuesta sin percibir las lecciones que cabía aprender de la reacción popular ante la promesa estrella de Yolanda Díaz de reducir la semana laboral a 37,5 horas. Y aplaudieron con las orejas ante un «cambio histórico que beneficia a unos 13 millones de trabajadores».

Una pena, porque había mucha tela que cortar, empezando, como digo, por ese tercio de damas y caballeros intrépidos que rechaza el obsequio progresista.

Pero había más. Mire esta joya: «el apoyo va cayendo cuanto menor es el poder adquisitivo. Es habitual que las personas con menos recursos no consigan trabajar tantas horas como les gustaría, condenadas a una parcialidad involuntaria que reduce sus posibilidades».

Parece que no es oro todo lo que reluce. En principio, los encuestados están felices, e incluso aplauden una «medida aún más ambiciosa», que es «ir más allá, con un día menos de jornada y 32 horas de trabajo». Pero algo raro flota en este ambiente idílico: «las personas nada satisfechas con su trabajo son más propensas a creer en los efectos positivos de esta medida, mientras que las muy satisfechas con su empleo muestran mayor acuerdo que el promedio en que esta medida perjudicaría a las empresas y a los consumidores».

Y lo más importante: la gente recela del paraíso progresista «los españoles creen que el principal reto en materia laboral es mejorar los salarios: así lo considera el 48%; el segundo reto más mencionado es la reducción del paro (41%)».

Ahí están las dos consecuencias laborales de la izquierda: salarios bajos y más paro. Bendito sea el progreso. Y viva el Tercio de Flandes.