Canela fina

Lista de máximos de Puigdemont

«El expresidente Puigdemont, prófugo y golpista, establece sus exigencias anticonstitucionalistas para contribuir con sus escaños a la permanencia de Sánchez»

El expresidente de la Generalidad, el prófugo Carlos Puigdemont, ha comunicado a su entorno la lista de exigencias a Pedro Sánchez para apoyar su investidura. El entorno monclovita del sanchismo cree que el dirigente huido de la Justicia moderará sus exigencias y que una cosa es pedir y otra otorgar.

Carlos Puigdemont exige para la colaboración con el PSOE el reconocimiento del derecho de autodeterminación y un referéndum vinculante. Ambas exigencias colisionan con el espíritu y la letra de la Constitución. Pone también el prófugo como condición sine qua non la aprobación de una ley de amnistía que permita a él y a los suyos retornar a España en triunfo, tras reconocerse que no cometieron ningún delito, lo que se extiende a los millares de implicados en el golpe de Estado. Creen los sanchistas que ahí está la almendra horaciana de la cuestión. El golpista Puigdemont no acepta el indulto, que le obligaría a pasar por la cárcel, ser juzgado y condenado.

Exige el prófugo para ceder sus escaños que se autorice el uso del catalán en el Congreso y en el Europarlamento; que se transfieran a la autoridad autonómica los trenes de cercanías, la Seguridad Social, los puertos de Barcelona y Tarragona y el aeropuerto barcelonés; y que se transfiera también la gestión de los ocho paradores nacionales, así como el tramo catalán del Ebro.

No se detiene ahí el prófugo golpista. Exige la anulación de todas las relaciones que la Constitución establece entre el presidente de la Comunidad Autónoma y el Rey de España; que se traspase el edificio de la Policía Nacional en Vía Layetana, así como el cuartel del Bruc; y que Televisión Española solo emita en catalán dentro del territorio autonómico; que se condone la deuda con el Estado, unos 70.000 millones de euros; que todos los impuestos se recauden por medio de la Agencia Tributaria Catalana; que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sustituya al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional; que la selección catalana de fútbol y de otros deportes compitan al mismo nivel que España o Francia en los torneos internacionales.

Finalmente, el prófugo Carlos Puigdemont estudia la conveniencia de que en la plaza de Cataluña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, arríe públicamente sus pantalones y exhiba su rulé para regocijo del pueblo catalán.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.