Opinión

Madonna y Tamames

Lo siento, casi todos los niños me caen regular, al igual que casi todos los abuelos bien

Hoy vengo sobre el edadismo, el reclamable y el sobreactuado, el de Madonna y el de Tamames, por poner dos ejemplos de primera necesidad donde todos los mayores tienen un pase, en principio, como, casi todos los niños tienen un azote de menos: llorones, quejicas, exigentes, maleducados, consumistas, egocéntricos, listillos, faltones, sobre atendidos, sobrealimentados, hiperactivos y cortos de entendimiento... De los adolescentes mejor no hablar….

Lo siento, casi todos los niños me caen regular, al igual que casi todos los abuelos bien. Como si su chepa o sus dientes deteriorados y todas sus dificultades físicas y psíquicas, me devolvieran ternura y conocimiento; como si sus vestidos pardos y sus venas fosforescentes acreditasen un carnet de metro y medio, patente de corso para lo que quieran.

Hoy tenemos una forma de aproximarnos al fenómeno de la semana, la moción de censura de Vox, y al edadismo, porque su cabeza visible, como saben, es nonagenario, casi. En efecto, se trata del candidato de más edad de la historia de la democracia en presentarse para una moción de censura (ninguno de los anteriores alcanzaba los cincuenta).

Y nuestro Feijoo, presidente del PP, lo ha ejemplificado (el menosprecio hacia los seniors) con infinita condescendencia, fanfarroneando que si Ramón Tamames fuera su padre no le dejaría presentarse.

¡Edadismo!_ entonaría Madonna.

La cantante más popular del siglo XX, ya de 64 años, a la que casi todos respetamos porque ha demostrado su infinito talento, divergencia y salvajismo (bien) durante toda una vida, lleva tiempo publicando distintos videos e imágenes objetivamente desagradables en sus redes, siempre en actitudes subidas de tono en compañía de jóvenes. Su fandom, así como la prensa internacional, ha reaccionado, y la diva se defiende levantando una bandera: la de víctima del edadismo. Pero en este caso ¡no!

Querida Madonna, cuasi diosa, la repulsa no tiene que ver con la edad... Ni siquiera con las operaciones, y las desacertadas intervenciones estéticas (en todo caso la que odia la tercera edad es ella misma). Lo que repele es tu impostada hipersexualidad y esa exhibición constante de lujuria intergeneracional grotesca. Que nos duelen las retinas con esas cosas tan feas que cuelgas, hermana. Aquí hay un duelo generalizado, y un mensaje de desesperanza, el de constatar que la reina del pop no sabe envejecer.

Pero, ¿qué es el edadismo? Pues, entre otras cosas, lo de Tamames. Un fenómeno social que, a través de la publicidad, ha contribuido y contribuye a ofrecer una imagen distorsionada de los mayores, especialmente en estos tiempos donde los iconos internacionales, como Madonna, idolatran y persiguen, con la lengua fuera, la “juventud eterna”.

Y mientras, la paradoja del envejecimiento innegable de la población como uno de los grandes cambios sociales y económicos que se está produciendo a escala mundial y que ningún país puede ignorar.

En Japón se venera a los mayores y en los Estados Unidos, véase Biden, la Cámara de Representantes aprobó en enero de 2020 la Ley de protección de los trabajadores mayores contra la discriminación, pero, escuchando las conclusiones de los expertos nacionales en la materia, me pregunto cómo es que no hay agresivos Ministerios que se ocupen de velar por la Igualdad y la defensa del Mayor, que no es precisamente “minoría” pero que sí sufre una constante discriminación. ¿Dónde está la Ministra Montero de los sénior?.

Lo encuentro de imperiosa necesidad, dado que gracias a los avances médicos y tecnológicos casi todos atravesaremos por la etapa silver con más o menos vitalidad, coherencia y facha. El objetivo es cubrir las necesidades e inquietudes de una generación que no deber ser percibida como menesterosa, ¡todo lo contrario! porque en España, y en muchos otros países del mundo tanto el poder como el dinero están entre los mayores de 55, un grupo social en las mejores condiciones de consumir, invertir, ayudar a sus familias, impulsar empresas y aportar conocimiento.

Como bien ha explicado la secretaria de Políticas Sociales y Mayores y Movimientos Sociales del PSOE, Beatriz Carrillo, la edad no es sinónimo de decrepitud. Y luego lo de siempre, cuando vean las barbas de su vecino cortar, pongan las suyas a remojar.