Al portador

La madre del tipo que pescaba con mosca y los tipos de interés

«La política monetaria es importante, pero por sí sola no puede sostener el liderazgo global. Necesitamos mercados abiertos y aliados fuertes para apoyar el crecimiento económico y las perspectivas de paz».

Paul Volcker (1927-2019), 2,01 metros de altura, ex-presidente de la Reserva Federal (Fed), subió los tipos de interés hasta el 21,5% en 1980, para combatir la inflación, mientras ponía el ejemplo de cómo su madre se daría cuenta de la pérdida del valor de la moneda. «Una inflación del 2% cada año –decía– significa que después de una década los precios serán más de un 25% más altos y el nivel de precios se duplicará cada generación». España vive un largo parón político hasta que Sánchez sea investido otra vez aderezado con el bochornoso asunto Rubiales quien, tras rizar el rizo del esperpento, se aferra a la poltrona. Sin embargo, hay vida más allá. Parte del resto del mundo está pendiente de un remoto lugar de Wyoming, Jackson Hole, en donde se celebra la Super Bowl de los bancos centrales, también con la participación del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Todo empezó en 1982. Los organizadores querían que asistiera Volcker, pero estaba reticente. También era un forofo de la pesca de trucha con mosca. Alguien tuvo la idea de buscar el mejor lugar para esa actividad, convencieron a Volcker para que acudiera con ese reclamo y aquello se convirtió en una de las grandes citas monetarias del calendario. Ayer, Jerome Powell, el actual presidente de la Fed , como su predecesor, tampoco se fue por las ramas. Cree que la inflación es todavía demasiado alta en Estados Unidos y anuncia que está preparado para volver a subir los tipos de interés. En Europa –ayer por la noche hablaba Lagarde– la situación es algo diferente, pero está descartado un descenso del precio del dinero. Así de claro.

En septiembre de 2019, poco antes de su muerte, Volcker escribió un prólogo a su autobiografía en el que, tras citar las enseñanzas y la confianza de su madre en la libertad, arremetía contra Trump y advertía de que «el orden mundial afrontaba desafíos políticos, económicos y culturales muy arraigados». Sus herederos no pescan trucha con mosca, pero en Jackson Hole han indicado el camino. Los tipos de interés seguirán altos y, mientras en España sigue el esperpento Rubiales, quizá recuerden las últimas palabras del hombre que, aunque con dolor, erradicó la inflación durante 40 años: «La política monetaria es importante, pero por sí sola no puede sostener el liderazgo global. Necesitamos mercados abiertos y aliados fuertes para apoyar el crecimiento económico y las perspectivas de paz». Es el testamento monetario y actual del tipo que pescaba truchas con mosca y ponía ejemplos económicos con su madre, Paul Volcker.