
Al portador
Mazón, Ribera y las barbas energéticas alemanas peladas
Ribera, furibunda antinuclear, ha asumido la doctrina de «París bien vale una misa» y acepta para la Unión Europea, y sobre todo para Francia, la energía nuclear, lo que rechaza para España
Barack Obama, en el epicentro de lo políticamente correcto, explicó que «una nación que no puede controlar sus fuentes de energía no puede controlar su futuro». Ayer volvió a dispararse el precio de la electricidad porque hay menos viento del esperado, mientras en la COP29, la Cumbre Climática de Bakú, en donde también ha estado Pedro Sánchez, había de todo menos acuerdo. Casi al mismo tiempo, el presidente valenciano, Carlos Mazón, se enredaba en dos horas de explicaciones ante el parlamento autonómico que no convencieron a casi nadie. Admite errores, pero incluso aspira a ser reelegido en unas futuras elecciones. Quizá sea lo que tenga que decir, pero todo lo que hace afecta a Feijóo, como aquel pacto apresurado con Vox pudo costarle las elecciones al líder del PP, que no lo olvida. A Mazón también le quitará el sueño la portada digital del Financial Times, a media tarde de ayer: «Un funcionario español culpa a Madrid del fallo en la alerta de las inundaciones, no a su largo almuerzo». Para que no haya dudas: «Spanish official blames flood alert failure on Madrid, not his long lunch».
Teresa Ribera, por su parte, vela armas a la espera de que los populares europeos la admitan como vicepresidenta de la Comisión Europea. Nunca les gustó su perfil, pero los pactos políticos son como son. La Dana y la sintonía de Feijóo con el líder popular europeo Weber la han colocado de pim, pam, pum. Al final, accederá a la poltrona, pero estará muy señalada y vigilada. Ribera, furibunda antinuclear, ha asumido la doctrina de «París bien vale una misa» y acepta para la Unión Europea, y sobre todo para Francia, la energía nuclear, lo que rechaza para España. El poder flexibiliza convicciones. Mientras, el socialista Jordi Sevilla, que fue ministro con Zapatero, reclama que se extienda otros diez años la vida las nucleares españoles. Advierte del riesgo de apagones si no se hace. Pocas bromas con la energía. La semana pasada, con nieblas, sin sol y sin viento, Alemana se quedó sin producción de renovables. Lo suplió con gas y con importaciones de electricidad de Francia, buena parte de origen nuclear. Angela Merkel, tras el accidente de Fukushima, prescindió de la energía nuclear, confiada en el gas ruso. Ahora, tras el atentado contra un gasoducto y las sanciones a Rusia, el coste energético de la industria alemana se ha disparado y, aunque no solo por eso, la economía germana está en crisis. El ejemplo está ahí. Cuando las barbas energéticas alemanas veas pelar. Ojo. Hay que controlar la energía para controlar el futuro, lo explicó Obama.
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