El trípode del domingo
«Nada te turbe, nada te espante»
Este es uno de los poemas más conocidos y admirados escrito por la maravillosa mano de santa Teresa de Jesús
«Nada te turbe, nada te espante, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta».
Este es uno de los poemas más conocidos y admirados escrito por la maravillosa mano de santa Teresa de Jesús. Con razón es reconocida como la patrona de los escritores españoles y, coincidiendo con su fiesta litúrgica, se falla un premio literario de reconocido prestigio en lengua española.
Teresa de Jesús, en el mundo conocida como «Teresa de Cepeda y Ahumada», es una de las almas a las que la Iglesia Católica Universal otorga mayor reconocimiento por su santidad de vida. Gran mística, escritora, fundadora y reformadora de la Orden Carmelitana, fue la primera mujer en ser reconocida como Doctora de la Iglesia –junto a santa Catalina de Siena– por su aportación a la doctrina de la fe. La proclamación fue realizada por Pablo VI el 27 de septiembre de 1970, precisamente en el centenario de la pérdida definitiva de los milenarios Estados Pontificios, el poder temporal necesario para que los Papas pudieran ejercer libremente su soberanía espiritual. En aquel tiempo de singular tribulación para la Santa Sede, Pío IX proclamó a san José patrono de la Iglesia, y cien años más tarde, en momentos de similar gravedad por la conocida como «crisis postconciliar», Pablo VI haría lo propio con Teresa de Ávila. Precisamente serán la mano izquierda y el brazo derecho de esta santa las reliquias que, por las circunstancias de su vida, tienen un mayor reconocimiento popular por los fieles.
Teresa de Jesús fallecerá en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582 de camino a San José de Ávila, su primera y muy querida fundación de las 17 que realizó, implantando la reforma Teresiana del Carmelo. El fallecimiento o «dies natalis» (día del nacimiento a la vida eterna), suele ser la fecha escogida para incorporar la memoria de los santos al calendario litúrgico de la Iglesia. Pero la fiesta de santa Teresa se celebra el día de hoy, 15 de octubre. La causa es debida a que exactamente el día de su fallecimiento coincidió con la adopción por el Rey de España Felipe II del calendario gregoriano que sustituyó al preexistente calendario juliano. Así, el 4 de octubre de 1582 pasó a ser el 15 de octubre.
Santa Teresa definió la época que le tocó vivir como «tiempos recios en que Dios necesita de amigos fuertes», tal y como escribirá en el libro autobiográfico espiritual de su vida. Igual que los actuales.
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