La situación

La necesaria claridad del PP

Ahora que los gallegos han votado, y a la espera de que empiecen otras campañas para las elecciones vascas y para las europeas, el PP hará bien en aclarar sus ideas y en aclarárselas al electorado

El rotundo éxito del PP en Galicia supone no solo un bálsamo para Feijóo, sino un relanzamiento de su imagen como líder del PP. Resulta grotesco que Moncloa trate de esparcir la especie de que el resultado es bueno porque «el bloque de izquierdas gana un escaño», como si al PSOE le sirviera igual un voto al BNG, que al candidato socialista. El sanchismo ha optado por marginar a su propio partido y Pedro Sánchez es ahora el líder de una agrupación de izquierdas ibéricas, entendida la izquierda en un sentido tan amplio que caben desde Sumar (Podemos se extingue en medio de la indiferencia general) hasta el independentismo integrista de Waterloo. La derrota carece de progenitores y cada cual se consuela como quiere. Por el contrario, la victoria debe gestionarse con el debido cuidado para evitar empachos.

Ahora que los gallegos han votado, y a la espera de que empiecen otras campañas para las elecciones vascas y para las europeas, el PP hará bien en aclarar sus ideas y en aclarárselas al electorado.

Los populares no deberían repetir episodios como aquella malhadada comida con periodistas de un alto –altísimo– dirigente del partido, a una semana de la cita con las urnas, cuando se introdujeron a sí mismos en arenas movedizas, dando pábulo a especulaciones sobre su simpatía por los indultos, sobre sus incomprensibles reflexiones de veinticuatro horas a propósito de la posible constitucionalidad de la amnistía y su convencimiento de que ningún independentista será condenado por terrorismo. Los intentos posteriores de matizarse solo añadieron más confusión.

El problema con los independentistas catalanes exige mensajes claros. Sánchez, por ejemplo, fue rotundo antes de las elecciones del 23 de julio, cuando nos prometió que no habría amnistía, y lo fue después del 23 de julio para convencernos de las muchas virtudes de la amnistía. De Feijóo se espera un único mensaje, ya sea en una comida off the record, o en un discurso desde la tribuna del Congreso.

El PP debe especificar dónde está y no moverse de ahí. Quien aspira a gobernar ha de explicar con claridad cómo pretende hacerlo.