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Quisicosas

Ocasión Trump

Algunos seguimos creyendo en este continente. Somos capaces de aprender e investigar, nuestros hijos se están yendo por falta de oportunidades pero pueden volver, somos más creativos que muchos otros y podemos apretarnos de nuevo el cinturón por lo que verdaderamente merece la pena

Los espejos son engañosos, basta un poco de luz en la mampara y una postura estudiada para quedarse con los mejores ángulos. Sales ideal, o al menos, como te imaginas que eres. Luego, en las fotos, aparecen insospechadas manchas de sol, perfiles vencidos y bolsas que gritan la verdad; se te ve con más realismo desde fuera. Europa tiene ojeras, goznes chirriantes y bajos herrumbrosos y Donald Trump está ejerciendo el impagable papel de quien grita que el rey está desnudo. Él, por la cuenta que le trae, detecta las arrugas y goteras. No sé por qué hace de agente de los rusos, si por miedo a China y para reventar su alianza creciente con Moscú, o si verdaderamente pretende hacer saltar la Alianza Atlántica. Da igual. Por primera vez, gracias a él, oigo hablar y escribir de la decadencia de nuestro continente y su irrelevancia mundial. Hace mucho que no inventamos ni fabricamos nada importante, que nuestro talento sale hacia Asia y América, que fomentamos estúpidamente hasta los coches eléctricos extranjeros y que los ingresos llegan de factorías deslocalizadas donde ya han aprendido a hacer solos lo que antes les enseñábamos. Parecía que no pasaba nada, pero ha pasado. Un oso se nos come por el Este.

El anuncio de Ursula Von de Leyen sobre el rearme europeo puede ser el pistoletazo de salida de una lucha europea por «ser» de nuevo. Todo depende de nosotros. Hay que dejar de legislar resmas y resmas de ordenanzas espesas, reducir el aparato institucional, dotarlo de poderes ejecutivos y hasta cambiar los nombres. Von der Leyen es la presidenta de Europa y la gente de la calle lo ignora, tan abstrusas y lejanas le suenan esas instituciones. La Comisión Europea es el gobierno del continente y lleva nombre de museo. Los comisarios son los ministros, aunque luzcan denominación policial. El Consejo de la Unión, al que van los ministros de los países, debe adelgazarse para avanzar hacia la unificación real. Hay que despabilar o nos comen.

Los goznes fundamentales están claros: una sola política exterior, un ejército e integración institucional.

A la luz de esta urgencia, los esfuerzos de Puigdemont por desarticular España quedan particularmente ridículos, qué estrecho es el nacionalismo. Y queda claro que las posiciones ultras no sirven: la extrema derecha se ha puesto a las órdenes de Donald Trump y la extrema izquierda se opone al rearme contra Putin. Algunos seguimos creyendo en este continente. Somos capaces de aprender e investigar, nuestros hijos se están yendo por falta de oportunidades pero pueden volver, somos más creativos que muchos otros y podemos apretarnos de nuevo el cinturón por lo que verdaderamente merece la pena. A lo mejor, hasta volvemos a tener bebés en lugar de pensar solo en perros y viajes.