
El puntazo
Palos en las ruedas del turismo
Interferir en la imprescindible competitividad del modelo no parece la política más adecuada
Hay una máxima en cualquier orden de la vida que dicta que lo que funciona, mejor no tocarlo. La industria turística es un complejo engranaje que desde la eficiencia ha permitido que el país se beneficie de aportaciones récord a la riqueza nacional. Dicho esto, hay que convenir que alterar ese círculo virtuoso, por ejemplo, con subidas de las tasas aeroportuarias como las previstas en 2026 es arriesgado. De momento, Ryanair ha golpeado de nuevo a los aeropuertos regionales españoles. Suma ya el recorte de 1,8 millones de asientos, el cierre de varias bases en el país en lo que puede ser el preámbulo de una «deslocalización» masiva y el traslado de operaciones a Italia y Marruecos. La senda tarifaria bajista de los últimos diez años fue positiva para el tráfico aéreo, el turismo, la economía y la conectividad, con rendimientos récord para AENA. Interferir en la imprescindible competitividad del modelo no parece la política más adecuada.
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