El trípode

Los jueces que «hacen política»

En cuanto a los jueces que «hacen política», que mire al Tribunal Constitucional y tiene una respuesta muy clara: Con el anterior fiscal general socialista al frente y su ministro de Justicia en él

La «calidad de nuestra democracia» –que Sánchez se autopostuló para garantizarla al considerar que «la corrupción del PP la amenazaba» – ya vemos en qué la ha convertido, tras siete años en La Moncloa. Estos días, ya reincorporado de sus vacaciones, son pródigos en informaciones que la definen, y dos de ellas son emblemáticas al respecto y hay que procurar que no sean olvidadas. Una la afirmó en su entrevista en TVE convertida en su «cadena favorita»: Para él, los jueces que investigan presuntos delitos de su entorno familiar y político «hacen política», que en el lenguaje mediático es «lawfare», una de las mayores descalificaciones que puede hacerse a una Justicia independiente en una democracia. La otra información destacada es la visita de Illa «a domicilio» a su predecesor Puigdemont, un prófugo de la justicia. El «síndrome de la rana» ante la degradación política en la que está sumida una parte no menor de la sociedad española (con la práctica totalidad de los votantes del sanchismo) está «normalizando» actuaciones institucionales y políticas inimaginables con anterioridad. Que el Gobierno de España esté controlado con «mando a distancia» desde el extranjero por un político huido de la Justicia para no responder ante ella del golpe de Estado contra la Constitución, promovido para separar a Cataluña del resto de España, no tiene nombre. Ahora, el actual presidente de la Generalitat, que era considerado representante destacado del sector «españolista» del PSC, aparece como el primer sanchista, y se va a cumplimentarlo a Bruselas y considera que eso es «normalizar» la situación política. ¿Alguien puede imaginar en cualquier país europeo –por no decir en cualquier democracia– una situación como la que se está viviendo en España…? Los siete votos de Puigdemont en el Congreso son el precio que la dignidad de España y la autoestima de los españoles están pagándole a Sánchez para satisfacer su ambición de poder. Además de cumplir la orden de quienes le llevaron y le mantienen en el Gobierno para intentar «destruir España». Que no olvidemos es el objetivo de todos los componentes del sanchismo: de los sucesores políticos de ETA y de los separatistas catalanes. Del PNV y Podemos, que son también socios cualificados del sanchismo, baste decir que su auténtico interés por España y el bien común del conjunto de los españoles es perfectamente descriptible. De los sumandos comunistas de Sumar, basta y sobra para pagarles su apoyo con las cinco carteras ministeriales para colocar a los suyos. En cuanto a los jueces que «hacen política», que mire al Tribunal Constitucional y tiene una respuesta muy clara: Con el anterior fiscal general socialista al frente y su ministro de Justicia en él.