El canto del cuco

El paquete

Esto va a poner a prueba la fortaleza de la Justicia española y de la Asociación de la Prensa. Ha llegado la hora de la verdad. Con independencia de las inclinaciones políticas de cada uno, hay que defender la libertad de todos

El «síndrome de la Moncloa», que suele afectar de forma más o menos intensa a los gobernantes después de un tiempo en el poder, no explica del todo el comportamiento, cada vez más preocupante, del presidente Sánchez. Este hombre ha perdido del todo el sentido de la realidad. Está metido en su bunker particular -«progresista», por supuesto- sin enterarse de lo que pasa fuera. Sigue encantado de haberse conocido, y no para de reírse. El servicial círculo que le rodea aplaude sus desatinos y le impide recuperar la cordura. Está derrotado y se considera invencible. Y lo que es peor: confunde la derrota con la victoria. Se siente incomprendido, atacado por una «máquina de fango», movida por la ultraderecha, en la que incluye a periodistas, jueces y al jefe de la oposición. Todos en el mismo saco. Está enfermizamente obsesionado con Feijóo y con Díaz Ayuso, la presidente de Madrid, su pesadilla.

Se muestra convencido de que los problemas judiciales que afectan de lleno a su familia son bulos e infundios, sin ningún fundamento, levantados por esa «máquina de fango», que él se propone destruir, con la colaboración de la mitad adicta del Congreso de los Diputados, con Rufián a la cabeza. El servicial Patxi López le anima con entusiasmo y la animadora y vicepresidenta María Jesús Montero baila en el banco azul, mientras el coro aplaude enardecido sus improperios y despropósitos. Todo el mundo sospechaba que, superado el trance de los comicios europeos sin un quebranto total, Sánchez iba a cumplir su amenaza de asaltar el Poder Judicial, último reducto que le falta, y de meter en vereda a los medios de comunicación más críticos, con medidas directas e indirectas. Y así ha sido. Le ha faltado tiempo para anunciar ese «paquete» de medidas, que ha llamado ignominiosamente «plan de calidad democrática» y que pondrá en marcha este mismo verano.

Agobiado por las críticas a su gestión y, sobre todo, por el mal cariz de los casos de su mujer, Begoña Gómez, y de su hermano, está decidido a «meter un paquete» al medio o al juez que se desmande. ¡Del muro al paquete! Aquí lo mismo se fabrican leyes a favor de unos delincuentes -la amnistía-, como leyes contra alguien inocente: la lista negra que prepara La Moncloa, verdadera «máquina de fango». Esto va a poner a prueba la fortaleza de la Justicia española y de la Asociación de la Prensa. Ha llegado la hora de la verdad. Con independencia de las inclinaciones políticas de cada uno, hay que defender la libertad de todos.