El trípode

La pobreza infantil, un reto para España

Es consecuencia de un fracaso social y los medios tenemos que asumir una parte de ese fracaso, afirmó una participante especialista en periodismo social.

Inmersos ante tanto triunfalismo oficial provoca perplejidad y preocupación, conocer que España obtiene la peor nota de la Unión Europea en las tasas de pobreza infantil con un 28%, según el último informe de Unicef. Los datos corresponden a la tendencia en la última década y a la situación entre 2019 y 2021, y exige una reflexión a fondo para diagnosticar la causa de esa situación y aplicarle adecuado y comprometido remedio. La arraigada convicción de disfrutar de un consolidado «estado de bienestar» y de formar parte de la cuarta economía de un espacio político, económico y geográfico tan desarrollado como la UE, sin duda ocasiona que este dato, resulte tan sorprendente y al mismo tiempo tan preocupante el conocerlo.

El umbral de precariedad para considerar encontrarse en situación de pobreza infantil, es pertenecer a una familia con unos ingresos por debajo del 60% de la renta media familiar con la misma cifra de hijos y miembros. Sin excluir otras causas en el diagnóstico del problema, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha puesto el dedo en la llaga, al afirmar que la pobreza infantil en una «cuestión incomoda», que los medios «invisibilizan». Para remediarlo, sería preciso que esta lacra social «pase a formar parte de la agenda mediática». Esta fue una de las conclusiones de la jornada «Periodismo y problemas sociales» organizada por la FAPE en colaboración con la Fundación «la Caixa». «Hay una invisibilidad clara de la pobreza infantil y los periodistas tenemos que hacer autocrítica: es invisible no porque no exista, sino porque la estamos invisibilizando nosotros.

Es consecuencia de un fracaso social y los medios tenemos que asumir una parte de ese fracaso, afirmó una participante especialista en periodismo social. Por su parte, la catedrática de Economía de la Universidad de Alcalá reveló que «los políticos no están interesados en que la gente se plantee que significa ser pobre en un país rico, pero el periodista debe ocuparse de planteárselo a la sociedad y que le resulte incómodo». Desde el programa CaixaProinfancia se afirmó que «quizás los medios se centran demasiado en lo que interesa a la gente y deberían también centrarse en lo importante, cumpliendo con su parte de función social». Es relevante la opinión del director científico del programa de la Fundación «la Caixa», (que asiste a casi 65.000 niños) quien afirma que un problema importante es que «muchas prestaciones tienen que ser gestionadas online cuando estas personas carecen de las competencias digitales adecuadas». La ayuda por hijo sólo llega al 18% de posibles beneficiarios, y el ingreso mínimo vital al 35%. Hablaremos más de ello.