Sin Perdón

Sánchez y su partida de tahúres

«Puigdemont sabe que su oportunidad comienza este jueves y termina con la investidura»

En otras ocasiones me he referido a que Sánchez se rodea de unos socios muy poco recomendables. Es cierto que las urnas no le han ofrecido más alternativa y no ha querido mantener buenas relaciones con el PP. Es algo que sufrieron Rajoy, Casado y ahora Feijóo. El aparato mediático del sanchismo es implacable, porque ya se llevó el disgusto de comprobar las mayorías absolutas de los populares en 2000 y 2011. La realidad es que su futuro depende de un fugado de la Justicia como Puigdemont que no se fía de él. No le faltan razones, porque, como decimos en catalán, ha «fet tots els papers de l’auca». Es decir, se ha adaptado a todas las circunstancias, ambientes y situaciones, así como ha asumido cualquier papel con tal de prosperar y sacar provecho. Este carácter acomodaticio y exento de cualquier principio o condicionante moral le convierten en un político formidable. En un determinado momento optó por emprender una agenda radical y populista, aunque case mal con su origen social, porque creía que le garantizaba mantenerse en el poder. Ahora se encuentra inmerso en una partida de tahúres donde espera servirse de su habilidad recurriendo al engaño y las trampas.

Puigdemont se juega su futuro. Es una oportunidad que probablemente no se le volverá a presentar. Por ello, esa fantasmada de ofrecerle el impulso del uso del catalán en las instituciones europeas es una enorme tomadura de pelo. No depende de él y en el resto de los países de la UE, además, no son tan insensatos como para crear un precedente que podría ser reclamado por otros territorios. No sólo puede destruir España, sino extender la enfermedad entre nuestros socios. No tengo ninguna simpatía por el expresidente catalán, pero es bueno no considerarle un idiota que cae seducido por los encantos de Sánchez. Está convencido de que es «el legítimo presidente de Cataluña en el exilio» y sabe que su oportunidad empieza este jueves y finaliza con la investidura. A partir de ese momento, el líder socialista cambiará de papel y le engañará. Lo único que deja indiferente a Puigdemont son los ataques o las loas mediáticas.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)