Canela fina

Sánchez sobre el tejado de zinc caliente

«La composición progresista que sostiene a Sánchez -según Sergi Doria- es un Frente Popular cuyo objetivo es quebrar el sistema»

Uno de los más graves errores políticos cometidos por el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo ha sido el supino desdén al analizar la figura de Pedro Sánchez. Tal vez el presidente carezca de la formación cultural y científica que se atribuye, pero, en política, es hombre de larga experiencia, habilidad incuestionable para sortear las aristas insólitas y sagacidad certera en el análisis de las situaciones. Ha puesto su ambición de poder por encima de todas las cosas y su formación, tal vez de fondo marxista, le permite la mentira y el engaño para destruir al rival. Pedro Sánchez es el zorro sobre el tejado de zinc caliente; es el Big Daddy que ignora la amenaza de muerte política que sobre él se cierne, acosado por los Brick, Maggie, Pollit, Pablo... Tennessee Williams, al que saludé en un restaurante de Nueva York durante la época en que presidí la agencia Efe, era un icono de la literatura universal y su teatro permanece en pie con escasas fisuras.

Pedro Sánchez continua en el poder gracias a una veintena de partidos de izquierda y extrema izquierda, así como de cuatro agrupaciones, nítidamente secesionistas, dos de izquierdas, Bildu y ERC, dos de derechas, PNV y Junts. Hierve hasta la descomposición el tejado de zinc caliente. Yolanda Díaz Iscariote, la que traicionó impávida a Pablo Iglesias, se resquebraja; los partidos que integran Sumar se dedican a restar; Podemos abandonó a la Iscariote y ha conseguido pervivir; Bildu está al acecho contra la alianza entre el PNV decadente y el sanchismo izquierdista… Y en Cataluña caminan todos sobre un guirigay que dificulta el compromiso de Sánchez con el prófugo golpista para hacer a Puigdemont presidente de la Generalidad, porque Salvador Illa se resiste a que Moncloa le manipule.

Para colmo, las elecciones francesas dibujan un agrio panorama frentista. Sergi Doria ha escrito lúcidamente: «Nuevos o viejos, los frentes populares tienen tan poco que ver con la democracia liberal como la extrema derecha». Y añade: «El Frente Popular del 36 fracasó en Francia y en España porque quienes querían gobernar compartían la misma nave de unas fuerzas radicales, cuyo objetivo era quebrar el sistema… Y esa es la composición progresista que sostiene a Sánchez».

Luis María Anson,de la Real Academia Española.