El trípode

Una tercera guerra mundial por fascículos

Si a este escenario bélico de tan elevado riesgo, le añadimos el de Rusia y Ucrania, nos encontramos en presencia de dos frentes que reflejan dos batallas de una misma y única guerra por el nuevo orden multipolar preconizado por los BRICS.

La extrema situación de riesgo que se vive en Oriente Próximo por la guerra entre Israel e Irán –con Hamás de aliado suyo y dando la cara–, ha entrado en una nueva fase mediante un enfrentamiento ya a cara descubierta, entre los islamistas chiitas y los israelíes. Tras el fracaso de la tan amenazadora como reiterada respuesta al bombardeo de su legación consular en la capital siria, ahora es el turno de Netanyahu para mover pieza en el tablero de la guerra, y hay que confiar en que sus aliados –no Sánchez, por supuesto– especialmente EEUU, Reino Unido y Francia, además del muy cualificado políticamente de Jordania, consigan evitarlo y abrir un proceso de negociación para conseguir cuando menos una solución negociada provisional para acabar con esta guerra. La cuestión más urgente a resolver es decidir la forma de administración del territorio de la Franja de Gaza garantizando la seguridad de Israel y con Hamás sin presencia alguna en la zona.

El modelo de Cisjordania, autonomía gobernada por la Autoridad Nacional Palestina, podría ser una solución provisional, dado que la definitiva de los «dos Estados» incluyendo en el territorio palestino a Cisjordania y Gaza, no es fácil de conseguir a corto plazo. (Sobre todo ahora, después de que Sánchez, declarado enemigo por el gobierno de Israel, hiciera su personal bandera de ello). Ello sin perjuicio del precedente de que al final resultaría que el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, habría significado la consecución del objetivo estratégico del Estado propio para el pueblo palestino.

Si a este escenario bélico de tan elevado riesgo, le añadimos el de Rusia y Ucrania, nos encontramos en presencia de dos frentes que reflejan dos batallas de una misma y única guerra por el nuevo orden multipolar preconizado por los BRICS. Una tercera guerra mundial seria la manera «convencional» de decidirlo, como las dos anteriores acabaron con el previo modelo eurocéntrico occidental en la primera de ellas y con el estadounidense la segunda, compartido con la URSS hasta su desaparición en diciembre de 1991. Pero el arma nuclear con el que acabó la segunda en 1945, lo hace imposible dado el final apocalíptico que resultaría para todos. Pero es «imposible» desde un análisis mínimamente racional, y no se puede excluir un «error humano» que pudiera desear ese escenario apocalíptico. En estas circunstancias es obligado que EE UU y China-Rusia, sean capaces de acordar un reparto razonable de zonas de influencia en los cinco continentes. De lo contrario vamos a vivir en un mundo con guerras sucesivas, batallas de una auténtica tercera guerra mundial.