Aquí estamos de paso

A todas las Lolas

Recordé el tema de Coz «Las chicas son guerreras» al conocer la hazaña de la selección femenina de fútbol

En los años 70 del entonces vivísimo rock hispano, el grupo Coz cantaba una canción con vocación de reivindicación feminista, pero con un ingenuo barniz paternal que la convertía casi en un himno machista: Las chicas son guerreras. En aquella España de la transición, cantaba Juan Márquez: «jugar con ellas es como manejar la nitroglicerina, tienen más voltios que una nuclear y no son tan dañinas». Aquello se convirtió en un himno del rock más poderoso y mejor hecho en un país que empezaba a despertar a todo. Aun a riesgo de irritar a biempensantes amigos de cogérsela con papel de fumar cuando se cuestionan principios tan incuestionables como los suyos, aun en la certeza de que los amigos de la cancelación me pondrán límites por tomar como referencia aquella gloriosa creación musical que hoy tildarán de inaceptable, he de confesar que ayer recordé el tema de Coz al conocer la hazaña de la selección femenina de fútbol.

Las chicas son guerreras. Tienen tanto coraje, su alma es tan feroz en la conquista, que en apenas unos años, menos de los dedos de una mano, han pasado del olvido y hasta el más rancio desprecio, a convertirse en posibles campeonas del mundo. Ayer en Australia se pusieron a un paso. Nos pusieron a un paso. Y este hacer nuestro su triunfo, como hacemos con los deportistas que admiramos y sentimos dentro, es fruto, sobre todo, de su trabajo, su constancia, su enorme voluntad y su profundo sentido del compromiso deportivo.

Hace años que cuento con el privilegio de conocer y conversar con Lola Romero. Lola creó en el Atlético de Madrid veinte años atrás una división femenina que a día de hoy sigue dirigiendo. Lola lleva años levantando la bandera del fútbol femenino como deporte competitivo y espectacular. La mayoría de ellos sin más éxito que el del avance de su equipo mientras alimentaba su voluntad de crecer. Hoy Lola está a punto de acariciar un sueño casi personal. Y sin el casi. Las mujeres, las chicas guerreras, están tocando ser campeonas del mundo de un deporte que cuando ella empezó no llegaba ni a la marginalidad y hoy llena estadios y cuenta con estrellas como Alexia Putellas, Olga Carmona o la Atlética Irene Guerrero.

Bien por Lola. Pero bien también por los clubes que han creído en ellas, por el público, que en los últimos años, azuzado por una apuesta –por fin– de los grandes medios deportivos y una realidad social cambiante, se ha asomado a los estadios a verlas jugar. Y, desde luego, por ellas.

Hace unos días un encuentro casual en las fiestas de La Franca me permitió charlar unos instantes con Erika González, la jugadora asturiana de la selección sub-19 que acababa de ganar el campeonato de Europa. Era el aperitivo a la victoria de las mayores. Le dije lo que de verdad pensaba y aquí repito y hago extensivo a las que están a punto de ser campeonas del mundo: «Lo que estáis haciendo por el deporte y la mujer en España es inmenso, mucho más de lo que podríamos imaginar». Me respondió, alta, hermosa, de vivos ojos claros, que era consciente. Me dio las gracias, y siguió disfrutando de la fiesta con su gente, con sus amigos…Con mi querido Dani dedicándole una canción que todos bailamos.

Hoy me he acordado de ella. Y de Coz. Y lo he bailado y escrito como lo sentía en estas líneas que, sobre todo, tienen vocación de modesto y profundo homenaje. A todas estas mujeres que están abriendo camino.