Opinión
Todo para Cataluña
Un auténtico gobierno socialista se hubiese opuesto frontalmente a una medida que genera semejante desigualdad, sencillamente porque es injusto y porque rompe con la igualdad entre españoles.
El economista José Carlos Diez ha estudiado a fondo los costes del cupo catalán. Ha cuantificado el déficit contributivo de Cataluña con el sistema público de pensiones en 4.600 millones de euros, cifra que continuaremos asumiendo el resto de españoles, después de que ellos se queden con todos los impuestos cobrados allí.
En Euskadi, que goza del cupo vasco desde la transición, la cifra que alcanza el déficit de las pensiones es de 4.300 millones, es decir, el resto de españoles pagaremos impuestos para sostener las pensiones catalanas, como lo hacemos con la deuda de 2.000 euros por habitante y año del País Vasco.
Con el cupo catalán, habrá un 30% menos de dinero para sanidad y para educación en el resto de España, pero la Generalitat no se hará cargo de todo su gasto público, el resto de españoles continuaremos pagando sus pensiones.
Un auténtico gobierno socialista se hubiese opuesto frontalmente a una medida que genera semejante desigualdad, sencillamente porque es injusto y porque rompe con la igualdad entre españoles.
Pero Sánchez sigue intentando desbloquear las negociaciones con Junts. La escenificación, con encuentros en Suiza entre Santos Cerdá y Puigdemont es relevante, porque constituye una muestra de fortaleza del separatismo, máxime si se tiene en cuenta que el independentista se paseó por Barcelona y volvió a Waterloo sin que nadie se lo impidiese.
La respuesta después de la cita no se ha hecho esperar. Puigdemont ha amenazado con derribar al gobierno si los acuerdos de la investidura de Illa no se cumplen, ha exigido más dinero para Cataluña y, está forzando hasta el último momento el apoyo al gobierno en la votación del déficit de gasto.
Rufián ha calentado el ambiente, afirmando que el anticipo de elecciones está cantado. Es parte de la estrategia, los secesionistas han tomado la medida a Sánchez y sacarán una nueva rebanada del Estado en la negociación de Presupuestos, aunque cada vez va quedando menos que expoliar.
Hay motivos suficientes para que Sánchez sea sustituido en el PSOE, como la colonización partidista de las instituciones, el desprecio al poder legislativo o el control de los medios de comunicación.
Pero el cupo catalán es el principal de ellos y la razón por la que perderá las próximas elecciones, que terminará viéndose obligado a convocar, si no es porque los independentistas le dejan caer porque incumpla los acuerdos, será por otros asuntos que han empezado a tomar una pinta muy mala.
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