V de viernes

El tomate marroquí gana al español

La megalópolis levantada en el Sáhara Occidental inunda Europa de licopenos producidos a muy bajo precio

“El tomate marroquí destrona al español”, así titulaba semanas atrás la prensa de Rabat al subrayar el hecho de que hayan alcanzado en exportaciones al tomate español en los supermercados. En el primer trimestre de 2024, vendieron un 19 por ciento más que España, alcanzando los 34 millones de kilos, según Eurostat. En menos de diez años, la producción alauita ha alcanzado el liderazgo europeo, que apenas le disputa Holanda, convirtiéndose de hecho en una gran potencia hortofrutícola, al amparo de la UE.

El malestar entre los productores españoles es mayúsculo y denuncian indefensión ante el abultado incremento de las importaciones. Desde 2014, el tomate vecino ha multiplicado sus cifras un 221 por ciento, pasando de exportar 18.000 toneladas a casi 58.000. Un problema que comenzó en 2013 con la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación entre la UE y Marruecos.

Los efectos del incremento de las importaciones se dejan ver de forma directa en el campo. Hay cultivos que en España se han ido abandonando y que se han trasladado al reino alauí. Por ejemplo, los cherri: al requerir mucha mano de obra, es más rentable cosecharlos allí.

El acuerdo de Marruecos con la UE le da prioridad para entrar en el continente. El tomate alauí no está sometido a los mismos requisitos que los españoles, por lo que ellos producen a un precio de entre 10 y 12 céntimos el kilo, mientras que el español cuesta hasta cuatro veces más. A España, como al resto de Europa, se le exige unos estándares altos, algo que no ocurre con Rabat, a quien se le permite el uso de pesticidas prohibidos en la Unión, por ejemplo. Los españoles están obligados a usar fertilizantes mucho más caros, amén de que aquí los costes sociales, de producción, de mano de obra, así como el precio del gasoil, son claramente superiores.

Productores del sector primario reprochan a la UE haber impulsado una agenda verde que favorece claramente a Marruecos y perjudica a España, hasta el punto de poder destrozar por completo nuestra horticultura, hasta ahora puntera en Europa. Subrayan que todo se enmarca dentro de la estrategia de EE.UU y la OTAN de favorecer a Marruecos en todos los ámbitos, desde el militar al territorial y el comercial.

En las manifestaciones agrícolas producidas este pasado año en España estaba más que latente esta protesta contra la entrada de productos marroquíes en condiciones ventajosas. Las protestas se extendieron y generalizaron durante meses. En ese tiempo, en plena oleada de tractoradas, se supo que Mohamed VI, a través de su propio holding empresarial, estaba levantando en el Sáhara Occidental una megalópolis para producir tomates y melones e inundar Europa con sus bajos precios. Según la Coag, en el proyecto participan hasta un total de cinco grandes grupos empresariales. El plan se consuma en los alrededores de Dajla, formando parte de la estrategia Generation Green 2030.