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Tribuna

A vueltas con el 2%

Tener presupuesto y emplearlo exige visión de futuro, análisis de riesgos y amenazas, una política abierta de investigación, trabajo y desarrollo con las empresas españolas y europeas de cada sector

A vueltas con el 2%Barrio

Mucho se ha escrito desde que Trump exigió a nuestra Europa un mayor compromiso en materia de Defensa. En consecuencia, España, situada en el furgón de cola, presionada por sus aliados, tuvo que adoptar medidas presupuestarias urgentes. Una partida extraordinaria de algo más de 10.000 millones de euros, que soslayó el control parlamentario, ha servido para respaldar la voluntad de nuestro Gobierno de alcanzar el 2% de nuestro PIB de inversión en Defensa. Las críticas a este aumento, incluso por miembros del propio ejecutivo, son bien conocidas.

No entraré en valoraciones políticas, tan solo unas reflexiones referidas a nuestro compromiso con la autonomía estratégica europea, dado el nuevo contexto geopolítico que vivimos, derivado de la invasión rusa a Ucrania. Porque si no habrá sido fácil extrapolar 10.000 millones, asegurando que no se mermarán partidas sociales, tampoco será sencillo gestionarlos e invertirlos. Los planes de Defensa no se ejecutan a borbotones ni obedecen a momentos de tensión como el actual. Exigen tiempo, análisis de capacidades propias y de potenciales enemigos, prospectiva, planificación con empresas del sector y sortear complejas líneas rojas impuestas políticamente, como son las actuales, con una potencia tecnológica y armamentística de nivel, como es Israel.

Con un ejemplo pretendo ilustrar esta reflexión. Se apoya en una fotografía tomada en la reciente Feria Internacional de Defensa (FEINDEF) organizada entre el 12 y 14 de este mes en IFEMA con 600 expositores y 91 delegaciones que atrajeron a 44.000 visitantes especializados. En ella, representantes de 15 empresas españolas lideradas por Airbus, acaban de firmar un MOU (Memorandum of Understanding) con Turkish Aerospace para «identificar y desarrollar potenciales áreas de colaboración» en el programa «Advancet jet Trainer» que tiene como objetivo reemplazar los aviones de entrenamiento F-5M de nuestro Ejército del Aire y del Espacio.

Con base en Talavera la Real, estos F-5 fabricados por CASA con licencia Northrop, llevan en servicio desde el año 1969 formando a los pilotos de combate. Aun contando con un buen mantenimiento y sucesivas modernizaciones como la de 2008, acumulan 56 años. De los 70 aviones iniciales siguen en servicio solo 19. Pido al lector que retenga estos números, que entrañan enormes esfuerzos técnicos, riesgos y más de un accidente. Son largos años que no han encontrado una posible respuesta presupuestaria hasta hoy. Pero esta respuesta exige a priori una transferencia tecnológica y unos acuerdos para que España pueda fabricar el Hürjet turco, un avión de entrenamiento supersónico, monomotor y biplaza, con capacidades avanzadas necesarias para formar a los pilotos españoles ante la entrada en servicio del sistema FCAS (Future Combat Air System) el próximo avión de combate de sexta generación, que desarrollan Francia, Alemania y España. Tiene otras virtudes que constató el pasado octubre un dinámico general Paco Braco, actual JEMA: puede actuar en combate y formar a los pilotos de los Eurofighter. Con todo, si llega a contratarse, hasta 2028 no se podrán entregar los primeros Hürjet fabricados en Turquía. En paralelo, el consorcio español deberá encontrar una ubicación y unas instalaciones donde ensamblar, integrando fabricantes y tecnología, los aviones en España previsto a partir de 2030. Resumo: habrán pasado seis décadas para el cambio de un avión de entrenamiento.

¡Aún habrá quien proteste por el incremento presupuestario! Podría repetir el ejemplo de los F-5 con otros preocupantes materiales que aún sirven en la Armada y en el Ejército de Tierra, que van sobreviviendo gracias a programas de emergencia, a un buen trabajo de los especialistas y –¿por qué no reconocerlo?– al canibalismo de piezas.

Tener presupuesto y emplearlo exige visión de futuro, análisis de riesgos y amenazas, una política abierta de investigación, trabajo y desarrollo con las empresas españolas y europeas de cada sector. A ello intenta dar respuesta el reciente Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y Defensa presentado recientemente por el Gobierno. Curioso que nuestro posible proveedor de seguridad no forme parte de la Unión Europea aunque sí de la OTAN. Tampoco procedían de estas organizaciones los aviones de entrenamiento suizos de Pilatus Aircraft, los turbohélices con aviónica similar a la de los aviones de combate de 5ª generación, con los que se forman los alumnos de la Academia General de San Javier. Den por descontado que nuestros responsables militares saben buscar las mejores opciones para nuestras Fuerzas Armadas, sopesando con atención cada euro invertido, conscientes del esfuerzo que representan para la nación estas inversiones.

No quedan aquí las «lecciones aprendidas» en FEINDEF. El JEME general Enseñat, insistió en la «crucial necesidad de acortar los ciclos de toma de decisiones políticas» e incidió en el «necesario control humano de decisiones letales cuando procedan del uso de la IA» y el AJEMA, almirante Piñeiro sobre «la necesidad de acelerar la autonomía estratégica europea, ante posibles amenazas».

Todo, girando alrededor del 2%.

Luis Alejandre Sinteses general (r). Academia de las Artes y Ciencias Militares.