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País Vasco

Este es el pueblo del País Vasco francés que decora sus casas con pimientos

Desde hace más de cuatro siglos, los habitantes de este pueblo mantienen esta particular forma de secar los pimientos

Espelette, el pueblo del País Vasco francés que decora sus casas con pimientos Adobe

Enclavado entre las verdes colinas del País Vasco francés, en el corazón del departamento de los Pirineos Atlánticos, se encuentra Espelette (Ezpeleta, en euskera), una localidad que ha sabido conservar intacta su identidad, sus tradiciones y su estética. Lo que a primera vista parece un apacible y pintoresco pueblo rural, pronto revela un peculiar rasgo que lo distingue de cualquier otro: sus casas, de arquitectura vasca tradicional, lucen colgadas de sus fachadas centenares de pimientos rojos que, ondeando al viento, tiñen el paisaje de un vibrante color carmesí.

Este espectáculo visual, que a menudo sorprende a quienes visitan por primera vez el lugar, tiene una explicación ligada a la historia agrícola del pueblo. En Espelette, el cultivo del pimiento forma parte del modo de vida desde hace más de cuatro siglos. Introducido en el siglo XVII, probablemente por marineros que regresaban de América, el pimiento encontró en el clima templado y húmedo del suroeste francés el entorno perfecto para desarrollarse.

A lo largo de los años, los habitantes del pueblo adoptaron una forma muy particular de secarlo: lo cuelgan al sol en las fachadas de sus casas, formando ristras que pueden alcanzar varios metros de largo. Una vez secos, los pimientos se hornean y se muelen hasta obtener un polvo fino y rojizo, conocido como Piment d’Espelette. Esta especia se ha convertido en un emblema gastronómico no sólo de la localidad, sino de toda la región. Su sabor es sutilmente picante, con notas dulces y afrutadas que realzan cualquier plato sin enmascarar los demás ingredientes.

Espelette, el pueblo del País Vasco francés que decora sus casas con pimientosAdobe

El Piment d’Espelette cuenta desde 2000 con una denominación de origen protegida (AOP, por sus siglas en francés), lo que garantiza tanto su procedencia como su proceso de elaboración. Sólo diez municipios de la zona están autorizados a producirlo bajo esta certificación, y Espelette es su epicentro indiscutible.

Cada mes de octubre, el pueblo celebra con orgullo su producto estrella durante la Fête du Piment, una animada fiesta popular que congrega a miles de visitantes. Durante dos días, las calles se llenan de música, danzas vascas, puestos de comida y demostraciones de cocina en vivo donde el pimiento es el gran protagonista. La cita es también una ocasión para rendir homenaje a los productores locales, guardianes de esta tradición centenaria.

Pero Espelette no vive sólo del pimiento. Su atractivo va más allá del condimento que cuelga de sus muros. El pueblo ofrece una rica variedad de productos artesanales: desde quesos de oveja elaborados en caseríos cercanos, hasta mermeladas, mieles, charcutería y, por supuesto, chocolates.La Chocolaterie Antton, por ejemplo, es famosa por su innovador chocolate con pimiento de Espelette, una sorprendente fusión de dulzura y picante que deleita a los paladares más curiosos.

El mercado cubierto, activo cada miércoles desde el siglo XVII, es otro punto de encuentro imprescindible. Agricultores y artesanos de la zona se dan cita en este espacio para vender directamente al consumidor, creando un ambiente cálido y auténtico que permite al visitante conectar con el alma rural del País Vasco francés.

En cuanto al patrimonio histórico, Espelette también guarda joyas de gran valor. La iglesia de Saint-Étienne, del siglo XVII, destaca por su interior de madera tallada y su singular estructura en forma de anfiteatro. Es además una de las paradas del Camino de Santiago en su ramal del norte. El castillo de los barones de Espelette, con sus orígenes en el siglo XI, alberga hoy el ayuntamiento, la oficina de turismo y varias salas de exposición.

Para quienes quieran profundizar aún más en la cultura del pimiento, el Centre d’Interprétation du Piment d’Espelette AOP ofrece una visita interactiva que recorre desde los orígenes del cultivo hasta sus aplicaciones culinarias más modernas.

En definitiva, Espelette es mucho más que un bonito pueblo con casas adornadas de rojo. Es una comunidad que ha sabido mantener vivas sus raíces y que convierte cada rincón en una celebración del saber hacer local. Un lugar donde la tradición no es un ancla, sino un motor que impulsa el orgullo colectivo y atrae a quienes buscan autenticidad con sabor propio.