Bilbao

“Tres veces me han robado este año”: la frustración crece entre los hosteleros de un barrio en Bilbao

En una sola noche se produjeron al menos tres asaltos en establecimientos del barrio, lo que ha provocado indignación y miedo entre los pequeños empresarios

MADRID.-Torrejón.- La Policía aconseja dejar las ventanas cerradas y no publicar las vacaciones en RRSS para evitar robos
MADRID.-Torrejón.- La Policía aconseja dejar las ventanas cerradas y no publicar las vacaciones en RRSS para evitar robosEuropa Press

El barrio de Rekalde, en Bilbao, vive con preocupación una sucesión de robos en negocios de hostelería y comercio. Solo el pasado jueves se registraron al menos tres asaltos: uno en la Cafetería Xodó y dos en sendas tiendas de mascotas. Los afectados denuncian la repetición de los incidentes y la sensación de desprotección que se extiende entre los comerciantes.

En la Cafetería Xodó, un individuo accedió al local, arrancó la caja registradora y huyó en cuestión de segundos con un botín de 400 euros. Las cámaras de seguridad captaron la escena. “Parecía que sabía muy bien adónde iba en la oscuridad”, explica Rafaela Nepomuceno, una de las propietarias del negocio. En la tienda de mascotas Facedog, la encargada, Izaskun Calvo, relata que un ladrón se llevó dos huchas benéficas que llevaban todo el año colocadas y “estaban muy llenas”.

Otros establecimientos han pasado por experiencias similares. En el Bar Tobogán, su propietario, Fernando Guillén, asegura que ya ha sufrido tres robos este año. En la frutería Pino, la propietaria, Pastora Reyes, cifra en 3.000 euros las pérdidas del último asalto. “Cerramos cada noche con la inquietud de si volverán a entrar”, lamenta Yolanda Mateos, secretaria de la Asociación de Comerciantes Bihotzean.

Los afectados reclaman más vigilancia y apoyo municipal

Los comerciantes y hosteleros de Rekalde piden al Ayuntamiento de Bilbao un refuerzo de la vigilancia nocturna y una respuesta más rápida de la policía. “Necesitamos más protección y que tarden menos en venir cuando se les llama”, reclaman Izaskun y Rafaela. Desde la peluquería canina Txapoteando Felices, Marta Vieitez confiesa que empieza a tener miedo de quedarse sola en el local tras los continuos robos.

Los negocios del barrio coinciden en que los asaltos se han convertido en un problema recurrente que les genera impotencia y pérdidas económicas. “Nos sentimos desamparados”, resume Fernando Guillén, mientras los vecinos expresan el deseo unánime de que los ladrones no vuelvan a aparecer por Rekalde.

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