Podcast entrevista tesoro

El Arzobispo Cesare Pagazzi abre las puertas de la Biblioteca Apostólica Vaticana a La Razón

Un encuentro único y emocionante con Cesare Pagazzi al que el Papa Francisco nombró en marzo de este año máximo custodio de los tesoros más antiguos del ser humano: Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana.

El Arzobispo Cesare Pagazzi abre las puertas de la Biblioteca Apostólica Vaticana a La Razón
El Arzobispo Cesare Pagazzi abre las puertas de la Biblioteca Apostólica Vaticana a La RazónAlicia Romay

Arzobispo Cesare Pagazzi dice feliz: "Desde que estoy aquí duermo muy poco..." Un incansable estudioso desde niño.

El podcast entrevista desde la Biblioteca Apostólica Vaticana:

El 28 de marzo de 2025, el arzobispo Pagazzi fue designado por el Papa Francisco archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana. Su nombramiento fue confirmado por el Papa León XIV el 9 de mayo de 2025.

En esta conversación exclusiva, Pagazzi nos abre las puertas —reales y simbólicas— de la Biblioteca Vaticana, compartiendo no solo su recorrido personal, sino también los secretos, tesoros y desafíos que supone custodiar uno de los patrimonios documentales más valiosos del planeta.

P Su Excelencia, me encantaría que me contara algo sobre su pueblo, en donde nació y en donde creció.

R Crema es una pequeña ciudad en Lombardía nací allí pero he sido sacerdote de la diócesis de Lodi que está a veinte kilómetros de Milán. Vengo de una familia absolutamente normal. Mi padre era un hombre de fe y mi mamá igual pero ellos que no tenían mucho dinero decidieron invertir lo poco que tenían en la educación de sus hijos. Nos decían: menos vacaciones y menos ropa buena.

P Quisiera que me contara algo sobre sus estudios

R Estudié en mi pueblo que estaba en el campo y los estudios superiores los realicé en Lodi. Para sacar el título en teología estudié en la universidad que pertenece a Milán que está en Lodi y después en Roma.

P Empezó en el seminario muy joven. ¿Quién lo inspiró y cómo fue esta decisión a tan corta edad?

R Ingresé en el seminario a los once años. Me había impresionado la figura del párroco de mi pueblo, todo esto era en el campo, en mi pueblo. Lo que más me marcó y llamó la atención de él fue su cercanía con todos, hablaba con la gente y ellos, los del pueblo lo consideraban como una referencia incluyendo a los que no iban a la iglesia.

P Seguro que le llamó la atención algo más del párroco siendo tan niño

R Sí, claro que sí. En las tardes se iba a las afueras del pueblo caminando hacia el cementerio para rezar el rosario como si se sintiera responsable tanto de los vivos como de los muertos que esperaban la resurrección. Esto me llegó muy profundamente. Después entré en el seminario en Lodi, mis educadores me ayudaron mucho en el paso a mi preadolescencia, durante mi adolescencia y en mi juventud. He tenido la gran fortuna de tener estupendos profesores. Lo que más me ha gustado de ellos es que han sabido esperar y respetar pasar conmigo esos años en donde no se sabe si al final la vocación era real.

El arzobispo Pagazzi y su formación académica. Su primera universidad

P ¿Cuándo y como inicia sus estudios superiores?

R Fue como estudiante en la sección de Teología en Lodi, la sede central que estaba afiliada a la sede central de Milán. El primer grado lo realicé allí mismo y el doctorado aquí en Roma en la Universidad Gregoriana.

P ¿Qué fue lo que más le apasionó de los estudios?

R Lo que me más me gustaba de estudiar era la belleza de las materias porque entendía que me iluminaban la mente y el deseo de aprender. Hablo de la Teología, de Filosofía, de Historia, de las Sagradas Escrituras…me daba cuenta de que todo aquel conocimiento me envolvía y me encantaba. Y en particular el Derecho Canónico.

P ¿Por qué este apartado le llamó tanto la atención?

R Todas las formas del Derecho son como las reglas de un juego que para saber jugar hay que conocerlas.

P ¿Cuándo se ordenó sacerdote?

R Fui ordenado cura a los 25 años y hasta los 27 estuve dedicado a la parroquia en Lodi. Fueron dos años preciosos.

P ¿Cómo fue para usted dejar su pueblo y quedarse a vivir en Roma?

R Roma es preciosa y también me gustó el estar en una universidad internacional con personas de todo el mundo. Esto me ayudó mucho a comprender la grandeza y la complejidad de la Iglesia. Nunca he dejado de sentirme cerca de mi pueblo, nunca lo he abandonado. El ambiente de donde nací sigue siendo el mismo además es en donde inicié a aprender a darme cuenta de tantas cosas. No tengo ninguna nostalgia por no estar en mi pueblo.

P ¿Va a menudo a visitar Crema?

R Voy cada vez que puedo a mi pueblo porque es el origen en donde hice las primeras promesas en mi vida. Me encanta porque allí está mi raíz, como Jesús a Galilea porque hay que recordar en donde vivió su infancia y en donde encontró a sus primeros discípulos. Allí comenzó su relación con ellos y su unión con el mundo, como si hubiese dicho ya habiendo resucitado: “La promesa que esta tierra de origen me hizo se ha mantenido”.

Arzobispo Cesare Pagazzi
Arzobispo Cesare PagazziImagen Alicia Romay

Monseñor Pagazzi con su grandísima sensibilidad recuerda emocionado su paso como profesor en la Facultad de Teología que lo compaginaba con la Academia de Bellas Artes en Brera impartiendo el curso de filosofía en Milán. Una experiencia que recuerda muy, pero muy emocionado y explica el por qué:

“Era un ambiente extremamente laico fue precioso y muy estimulante, era ser profesor de artistas y estar con ellos. Fue muy bonito porque estar con jóvenes que invertían toda su vida esperando resultados sobre su propia capacidad artística era maravilloso. He sido una persona muy afortunada. Este ambiente lo he vivido durante casi 12 años, lo recuerdo con emoción. Todavía estoy en contacto con algunos alumnos de esa época.

P Pero por lo general los artistas no suelen ser muy cercanos a la iglesia ¿Cómo lo hacía?

R Me han respetado mucho. El artista con su lenguaje busca el sentido de la vida, aunque sea algo fuerte. Le voy a contar algo: yo siendo devoto de Paolo VI y recuerdo su gran discurso dirigido a los artistas, cuando se dio cuenta que el arte contemporáneo estaba muy alejado de la iglesia y el Papa pronunció estas palabras sobre el tema: “Hagamos la Paz”y no me quedo con las palabras y acciones solo de Paolo VI sino también hay que recordar a los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco sobre el tema del arte: “No podemos olvidar que la historia de la iglesia el arte es una de sus grandes portadores de arte y no nos olvidemos del arte contemporáneo. Los papas siempre han apreciado el arte contemporáneo, cuando Miguel Ángel o Bernini o los artistas de aquella época creaban sus obras era arte contemporáneo”.

Salón Sistino de la Biblioteca Apostólica Vaticana
Salón Sistino de la Biblioteca Apostólica VaticanaImagen Alicia Romay

La Biblioteca Apostólica Vaticana y su enorme encargo

“Le voy a poner solo un ejemplo; al inicio de mi cargo aquí en la Biblioteca Apostólica - a mí me gusta mucho Dante…soy un apasionado de Dante -, me han puesto aquí en mis manos la pieza de “La Divina Comedia” que Bocaccio mandó escribir para regalársela a Petrarca que tiene la dedicatoria de Bocaccio y las notas autografiadas por Petrarca. Ha habido otro momento emocionante entre tantos, y fue cuando me trajeron el autógrafo de Tomás de Aquino, en el mundo existen solo tres, dos de ellos están aquí. Uno en gran parte trata del comentario de la sentencia de Pietro Lombardo que era su tesis doctoral…y yo: he visto la tesis del doctorado de Tomás de Aquino”.

En la Biblioteca Apostólica Vaticana hay cerca de ciento cincuenta mil manuscritos, ocho mil trescientos incunables, cien mil entre grabados y estampas, trescientas mil monedas… decenas de miles de cartas y de documentos, más de doscientas mil fotografías y microfilms y hay que sumar todos los materiales audiovisuales y digitales.

Es incalculable el valor y los tesoros que este lugar guardan con tanto tanto recelo y cuidado porque en estos siglos, más de 5, han habido terribles acontecimientos…

Durante el nazismo

“Otro documento es en el que se muestra el servicio que hacía la Santa Sede durante el nazismo con los deportados. Hay una carta escrita en 1943 en donde se pedía al Nuncio de Berlín, era una carta de la Secretaría de Estado y solicitaba información de una persona, era un nombre y apellido italianos y en la otra página aparece firmado por Gian Battista Montini sustituto y que se convirtió más tarde en Pablo VI”…

La Sala Leonina dedicado a los libros impresos. En el fondo una escultura de San Tomás de Aquino
La Sala Leonina dedicado a los libros impresos. En el fondo una escultura de San Tomás de AquinoImagen Alicia Romay

La digitalización de la Biblioteca

“Yo no tengo miedo de la digitalización, no deberíamos de preocuparnos de las cosas nuevas, tenemos que dedicarnos y admitir que la primera generación y la segunda generación que afrontan cosas nuevas deben de aguantar el cansancio de “digerir” o metabolizar estas cosas nuevas” afirma Cesare Pagazzi y pone de ejemplo: “ Para nosotros la luz eléctrica es normal, pero la luz eléctrica ha transformado el mundo, ha transformado la sociedad, ha transformado lo hábitos, lo ha hecho en el mundo laboral y en la economía… Para nosotros es normal pero pensemos en las generaciones que han soportado estos cambios, han tenido que luchar y han fatigado para acostumbrarse. Para nosotros es normal la televisión, pero la generación que ha vivido estos cambios “Ha fatto fatiga”.

El Arzobispo confirma que nuestra generación tiene que luchar con esta revolución. También opina sobre la ventaja y la posibilidad de universalizar los tesoros: “Antes solo un estudioso podía permitirse hacer un viaje a Roma, que por cierto tenía que ser rico para poder permitirse pagar el viaje y la estancia y así tener acceso a los manuscritos, ahora, cualquier estudioso con pocos recursos, con poco dinero, consigue desde su casa estudiar cualquier manuscrito.

El acceso a los documentos de la Biblioteca Apostólica Vaticana siendo tesoros no están consentidos a todos para dejárselos leer porque se acabarían rompiendo y desgastando: “No podemos dejar a todos todo y no porque sea un secreto, sino porque queremos que este tesoro lo disfruten también generaciones futuras”.

El Arzobispo destaca la ventaja sobre este tema de la digitalización: “Antes solo los podían leer los estudiosos y ahora lo puede hacer hasta un niño”.

En un momento de la conversación le pregunté sobre los archivos secretos del Vaticano.

Me señaló que: “Ahora el archivo no se llama más “El Archivo Secreto” ahora se llama “Archivo Apostólico”. “Cuando nosotros decimos archivos secretos pensamos en cosas que se esconden, que no se pueden contar. Le voy a decir que el adjetivo “secreto”en el latín medieval y también en el tardo romano, quería decir “personal”por lo que estos archivos pertenecen a él, al propio Papa.

P¿Cómo se elige qué se digitaliza y en que orden?

R Seguimos haciendo el inventario, está yendo adelante gracias a la ayuda de la Santa Sede y de donaciones.

P ¿Cuál es su proyecto siendo el máximo guardián de este gran tesoro?

R Mi proyecto es ampliar el espacio de la Biblioteca Apostólica porque el espacio ya está al limite, mi predecesor ya trabajó en ello. Una biblioteca que no tiene capacidad de recibir está muerta y esto es primordial también quiero poner en condiciones muy buenas todo el material inventariado y el que todavía no lo está para los estudiosos. Queremos hacer que la biblioteca sea un lugar abierto como lo quería el papa Francisco. Esto es como el corazón del mundo. Hay que darle a la humanidad un lugar para “oxigenarse culturalmente.No sabemos todavía que tesoros se descubrirán”.

La última vez que habló con el Papa Francisco fue el 17 de Enero, un mes antes de ingresar en el hospital.

P. ¿Me puede decir algo sobre el nuevo Papa?

R Sí, lo encontré un par de veces cuando era todavía cardenal y ya en ese encuentro me impresionó mucho su capacidad de escuchar, que por cierto todos los que lo conocen lo dicen. Yo me he sentido escuchado.

Lo que más me gusta de estos primeros días se puede definir con una palabra que seguro en español se entiende: Es una persona “agraciada” que se siente cómodo en todas las situaciones y que en francés se podría decir que tiene “Savoir faire” .