Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, miércoles 26 de abril? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

El gran legado de San Isidoro de Sevilla fue Etimologías, considerada la primera enciclopedia cristiana

Retrato de San Isidoro de Sevilla
Retrato de San Isidoro de SevillaDominio Público

Las efemérides contenidas en el santoral católico mantienen vivo el sacrificio y la obra de santos y beatos, para que su vida de rectitud sirva como referencia moral para todos los fieles. La onomástica de este miércoles, 26 de abril, es la de San Isidoro de Sevilla, autor de la primera enciclopedia cristiana, titulada las Etimologías. Es considerado uno de los padres de la Iglesia Latina, como también lo fue su hermano, San Leandro de Sevilla.

San Isidoro de Sevilla
San Isidoro de SevillaCatedral de Sevilla

¿Quién fue San Isidoro de Sevilla?

Isidoro nació en el año 550. Al parecer, creció en el seno de una familia aristocrática radicada en Cartagena. Se cree que su padre Severiano descendía de una familia noble hispano-romana y que su madre era de una familia de origen visigodo que estaba emparentada con la realeza. Ante la ocupación bizantina del año 554, la familia huiría de Cartagena para refugiarse en Sevilla.

El joven Isidoro, como sus hermanos, recibió una intensa educación religiosa. Tanto es así que él y sus hermanos varones alcanzaron tanto el obispado como la santidad (Leandro el de Sevilla y Fulgencio el de Écija). Asimismo, su hermana Florentina también fue considerada santa por la Iglesia. Es decir, que los cuatro hermanos de la familia son considerados santos.

Leandro, el mayor de los hermanos, se hizo cargo de la educación de Isidoro y la de sus hermanos, cuando estos quedaron huérfanos en torno al año 562. El joven Leandro decidió fundar además dos monasterios, uno para varones y otro para mujeres, para formar en ellos a sus hermanos y a otros jóvenes.

Para comprender el momento histórico en el que se desarrolla la biografía de San Isidoro de Sevilla hay que recordar un evento clave que tuvo lugar en aquella época: el III Concilio de Toledo. A mediados del siglo VI, la Península Ibérica se repartía entre suevos, que ocupaban el noroeste, el norte lo ocupaban astures, cántabros y vascones, el imperio bizantino había ocupado el sudeste peninsular y la meseta estaba controlada por el reino visigodo. Y desde el punto de vista religioso, las dos grandes mayorías eran los católicos, de ascendencia hispano-romana, y los arrianos, que eran visigodos.

Un volumen de la recopilación de las obras de San Isidoro de Sevilla en la Biblioteca Europea de Información y Cultura
Un volumen de la recopilación de las obras de San Isidoro de Sevilla en la Biblioteca Europea de Información y CulturaBiblioteca Europea de Información y Cultura

El rey visigodo Recaredo era consciente de que el arrianismo que los visigodos profesaban no era suficientemente mayoritario como para homogeneizar religiosamente a todos sus súbditos y, por lo tanto, fortalecer su reino. La unión debía darse mediante el catolicismo, que tenía un gran arraigo tanto en las clases más humildes como en las más pudientes y acomodadas de su reino. Para conseguir la tan ansiada unidad, decidió renunciar al arrianismo y establecer el catolicismo como la religión oficial.

Entre las decisiones que tomó para permitir el cambio religioso, también decidió nombrar a Leandro de Sevilla como consejero real. Aquello fue una buena noticia para toda la familia, no sólo para Leandro. Además de dotarles de una alta posición en la corte, a Isidoro también se le presentó la oportunidad de salir de la sombra de su hermano en Sevilla.

Isidoro fue un escritor tremendamente prolífico. No sólo compuso libros y tratados referentes a la fe, sino que también fue autor de obras de astronomía, geografía, biografías, agronomía, medicina, etc. Progresó tanto en el estudio que mereció ser considerado el hombre más sabio de su tiempo.

Estatua de San Isidoro de Sevilla
Estatua de San Isidoro de Sevillacommons.wikimedia

Al morir su hermano en 599, Isidoro le sucederá tanto en la silla episcopal como en su función de consejero del rey, aunque su trabajo en la corte quedó opacado por el obispado. Y a pesar de su cada vez más prominente posición, su principal preocupación fue siempre elevar la categoría del clero, por lo que dedicó todos sus esfuerzos a inspirar y a posibilitar la madurez espiritual e intelectual de los nuevos candidatos al sacerdocio.

San Isidoro moriría en Sevilla el 4 de abril del año 633, pero no sin antes haber compuesto su principal legado: Etimologías; una obra que sentaría la base de la educación religiosa y laica del Medioevo. Y además le costó ser declarado Doctor de la Iglesia por el papa Inocencio XIII casi un siglo después de su muerte.