Salud

Una farmacia en cada hogar

El acopio de medicamentos en las casas españolas responde a un comportamiento casi atávico. Ante cualquier eventualidad, pensamos que es mejor tener a mano las pastillas que echarlas en falta

la farmacia en casa
boticarios de andar por casaJosé Maluenda

Para un español medio, el desabastecimiento farmacológico no es una opción tolerable. Disponer de un buen surtido de medicamentos casi forma parte de nuestra idiosincrasia, una suerte de actitud refleja que parece haber pasado de generación en generación aunque con desigual incidencia. Es una tarea sencilla y rutinaria echar un vistazo a nuestro entorno familiar y profesional y detectar ese comportamiento de conservar una rebotica doméstica ante imprevistos. Es probable que influya en esa compulsión por el acopio de cajas y cajas de pastillas recetadas o no el hecho indubitable de que una parte significativa de nuestra comunidad de ciudadanos tiende a la automedicación y la circunstancia singular de que casi en toda familia encontramos a un médico oficioso o alguien que asume el papel de curandero o entendido en la material. Ni que decir tiene que esa anomalía conductual se ha acrecentado con la llegada de internet a nuestras vidas y la posibilidad de consultarlo todo, incluidos síntomas y terapias al respecto que algunos indoctos se atreven a recomendar. En ese momento, los chamanes se multiplicaron y los remedios de andar por casa, también. Obviamente, no es la actitud más recomendable cuando la química y la temeridad teñida de ignorancia se combinan en una fórmula que no es inocua, sino más bien todo lo contrario. Que 7,4 millones de españoles admitan guardar envases enteros de medicamentos en sus domicilios, o lo que es igual se conserven fuera de los establecimientos indicados algo más de 40 millones de envases, no es seguramente lo ideal. Menos todavía si, y a pesar de nuevas generaciones tal vez más instruidas y con el nivel de prevención más adecuado, la realidad es que más de uno de cada tres españoles consumen mendicamentos sin receta a veces o muchas veces y que una cuarta parte de nuestros conciudadanos admite que no lee los prospectos de lo que ingiere. La botica en casa es una parte más del mobiliario, una despensa especializada, pero deberíamos entender que lo cotidiano no siempre es lo conveniente ni lo acertado.