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¿Tienes hambre emocional por culpa del confinamiento? Descubre cómo hacerle frente

En este periodo, abrir la nevera para “ver que hay” es el deporte nacional. Aprende a detectar si lo que tienes es hambre emocional y de qué modo combatirlo

Podemos identificar el hambre emocional porque lo que "nos pide el cuerpo" es comida poco saludable Foodcollection GesmbHGTRES

El hambre emocional es una respuesta de nuestro cuerpo a la ansiedad, el estrés, el malestar y otras emociones negativas que podemos sentir. Se trata de enterrar comiendo lo que no sabemos o no podemos resolver de otro modo. Resulta especialmente sencillo caer en el en periodos como el que estamos viviendo, más aún si no somos capaces de identificar lo que nos pasa y cómo gestionarlo. Un mal momento, un mal día, una mala noticia... y ¡zas!, sentimos la necesidad irrefrenable de consumir alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono (dulces, chucherías, snacks no saludables, comida rápida). Dado que se trata de una respuesta de nuestro cerebro, podemos identificarla y acallarla. Para que nos cueste menos, desde Grupo Laberinto, nos ofrecen unos tips de mucha utilidad:

  • Mantener la mente ocupada: Uno de los mejores trucos para evitar el hambre emocional es distraer la mente con cualquier actividad sencilla: leer, pintar, trabajar…
  • Hacer deporte: Practicar ejercicio físico es un hábito muy recomendable para conseguir reducir la ansiedad y vivir de una forma más optimista. Los expertos recomiendan 40 minutos de cardio al día para vivir libres de ansiedad.
  • Practicar el mindfulness: Las propuestas de investigación y práctica del mindfulness tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas mediante sus prácticas, haciendo que éstas logren que sus días sean más plenos y felices. De esta manera la ansiedad disminuirá y, con ella, el hambre emocional.
  • La leche: La leche es un alimento que ayuda a aplacar el apetito. Beber medio vaso de leche antes de irse a la cama o entre las comidas puede ser de gran ayuda para evitar el hambre emocional.
  • Evitar el azúcar: El hambre emocional está muy relacionada con el consumo de alimentos azucarados. Por ello, lo mejor es evitar estos ingredientes y otros igual de calóricos en casa y optar por versiones más saludables de snack.
  • Cuidado con los estimulantes: Más vale no atiborrarse de cafés, tes, colas y, mucho menos tabaco, para engañar el hambre, puesto que los tres son poderosos ansiógenos que, a corto plazo, te harán sentir peor.
  • Infusiones: Las infusiones sin cafeína ni teína, como el rooibos, además de calmar la ansiedad, son ideales para “dormir”el apetito.
  • Agua: Beber agua sola o con limón, naranja o un toque de fruta es sano, refrescante y sencillamente delicioso. Ocupan espacio en el estómago y entretienen.
  • Yogur. Ingerir queso fresco o un yogur desnatado son dos buenos ejemplos para luchar contra el hambre emocional. Estos alimentos, además de aportar nutrientes, no tienen demasiadas calorías.
  • Proteínas: Una buena costumbre para los que pican, es hacer muchas pequeñas comidas al día, para calmar el hambre y mantener el metabolismo funcionando. En este caso el truco está en las proteínas; si esas pequeñas comidas contienen un buena dosis proteica estamos ante la dieta perfecta.
  • Trabajo personal. Hacer un trabajo terapéutico para conocer mejor nuestro malestar emocional, saber su origen, aprender a controlarlo y/o tolerarlo, es probablemente el mejor método para abordar nuestro “hambre emocional”.

Influencers fit

Si lo que te falta son ideas para cocinar y preparar platos saludables y sencillos, redes como Instagram y YouTube están llenas de propuestas fit para que te resulte más difícil picar, y pecar. Perfiles como el de Vikika Costa, Juan Llorca, Elisa Blázquez, Edgar Barrionuevo (que propone ayunos guiados depurativos) o las hermanas Susi y Ana, de Fit Happy Sisters pueden ayudarte mucho a mejorar tu alimentación sin renunciar a comer cosas apetecibles. Sus recetas son aptas para todos los niveles, y puedes encontrar incluso tus dulces favoritos de Semana Santa en versión healthy.

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