Coronavirus

«El confinamiento puede aumentar la miopía y causar presbicia temprana»

Entrevista al oftalmólogo Luis Fernández-Vega,

Luis Fernández Vega encarna la quinta generación de oftalmólogos de su familia
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Representa la quinta generación de una de las sagas de oftalmólogos más reputadas de nuestro país: los Fernández-Vega, que desde hace más de 130 años son una referencia nacional e internacional en la especilidad. Pero parece que el peso de la historia no le «molesta» continuando con la tradición familiar en la Unidad de Córnea y Cristalino del Instituto Oftalmológico que lleva su apellido.

-El Covid-19 ha tenido impacto también en los ojos y uno de los primeros síntomas de los que se advirtió fue que las personas con conjuntivitis podían tener el virus. ¿Han notado un aumento en su incidencia?

-Efectivamente, el Covid-19 de momento solo se ha relacionado con conjuntivitis vírica, que se da en menos del 1% de los pacientes. Parece que la evolución es como una conjuntivitis vírica causada por otros organismos como el adenovirus. Puede ser el síntoma inicial y en ocasiones el único.

-La Sociedad Española de Oftalmología ha recomendado limitar por ello el uso de lentillas y sustituirlas por gafas pues, al manipularlas podemos contagiarnos y a los demás. De no poder evitarlo, ¿cómo habría que ponérselas?

-En estos momentos es preferible manipular lo menos posible los ojos, así como la cara en general. Por eso, es mejor limitar el uso de lentillas. Si se decide usarlas, es preferible decantarse por las de uso diario. En caso de emplear las no desechables, es necesario seguir el siguiente protocolo: lavarse con jabón las manos antes y después de manipular las lentes; limpiarlas con frote mecánico y un limpiador adecuado; enjuagarlas con una solución salina estéril; desinfectarlas con peróxido de hidrógeno al 3% y retrasar la neutralización hasta, al menos, seis horas después de que el peróxido haya actuado sobre la lente en el frasco indicado para ello. Después, se incluirá en ese mismo recipiente una pastilla para la neutralización y las lentes se podrán usar una hora después de esto. Enjuagar con una solución salina antes de insertarla en el ojo y lavarse las manos antes y después de colocarla. Como es un proceso complicado, si durante esta época podemos usar más las gafas, sería recomendable.

-Otra consecuencia, más colateral del virus es el uso intensivo de pantallas y dispositivos móviles en el confinamiento. ¿En qué puede traducirse esto?

-Así es. El confinamiento está provocando un uso excesivo de las pantallas y de otras formas de entretenimiento, como la lectura o la costura, que también hacen uso excesivo de la visión de cerca. Esto puede estar relacionado con la fatiga y la sequedad ocular así como con el aumento de la prevalencia de miopía, ya que forzamos la vista para enfocar de cerca. Asimismo, puede desencadenar de forma algo más temprana los síntomas de la presbicia o vista cansada. Por ello, recomendamos que se alternen estas actividades con otras que requieran visión de lejos para descansar los ojos.

-¿De qué forma «atacan» las pantallas a nuestros ojos?

-El uso adecuado de dispositivos electrónicos no daña los ojos. Sí que pueden sufrir cuando forzamos la vista durante mucho tiempo mirando en cerca y nos olvidamos de parpadear, ya sean pantallas, coser o leer un libro impreso. Dedicar mucho tiempo a enfocar en cerca requiere un sobre esfuerzo en ciertos músculos oculares, lo que puede provocar además, molestias en los párpados, escozor o picor, las ganas de mantener los ojos cerrados, incluso dolor de cabeza.

-¿Cuál es la forma adecuada de utilizarlas?

-Si las usamos adecuadamente no dañaremos los ojos. Sin embargo, cuando estamos atentos, solemos fijar la mirada y parpadear menos, por lo que siempre aconsejamos parpadear de una manera más consciente para mantener el ojo limpio e hidratado y complementar, si es necesario, con lágrimas artificiales para lubricar los ojos y evitar sequedad ocular. También evitar el nivel máximo de brillo establecido; es mejor activar, en los ajustes de pantalla, tonos más cálidos, visión nocturna y poner activo el bloqueo de luz azul. Por ello, lo adecuado para utilizar pantallas u otras actividades de visión de cerca es aplicando la regla 20- 20-20: debemos hacer 20 segundos de descanso, cada 20 minutos de actividad, mirando a seis metros de distancia (20 pies).

-¿Sirven para algo las llamadas «gafas de luz azul»?

-En nuestro Instituto Oftalmológico realizamos investigación clínica y básica, a través de la Fundación de Investigación Oftalmológica, para avanzar en tratamientos de enfermedades que causan baja visión. Una de las líneas de investigación básica es la neuroprotección ocular basada en la luz. La azul es un factor de riesgo añadido en diversas patologías retinianas. Por el contrario, la luz de determinadas longitudes de onda, comprendidas entre el rojo y el infrarrojo cercano, tiene efectos beneficiosos, reduciendo el daño en las células ganglionares de la retina y ejerciendo un factor protector. Hoy en día, las gafas, tanto de vista como de sol, tienen filtros que bloquean la luz ultravioleta. Estamos estudiando un nuevo filtro que no sólo bloquea esta luz nociva, sino que la convierte en beneficiosa, cómo dicha luz azul puede ser transformada en roja, la cual ejercería un efecto protector para el ojo y podría prevenir el desarrollo incipiente de algunas patologías retinianas como el glaucoma o la DMAE