Vacunas
Enfermedad y remedio
Sigue dando que hablar la vacuna de Oxford a propósito de los casos reportados de trombosis en un número reducido de personas. Habría que preguntarse si se están haciendo las cosas correctamente. Parece clave que se controle cualquier situación de contraindicación, igual que sucede con los fármacos que se ponen a disposición de la población.
Las vacunas deben prescribirse según el historial clínico de cada uno, de manera que si existen grupos de riesgo, lo normal es que a quienes formen parte de colectivos afectados, por ejemplo, por trombofilias, diatesis trombóticas, cardiolipinas, alergias graves, o bien por cualquier otro motivo reportado como incompatible, se les pueda dispensar de inocularles una vacuna y recomendarles otra. Ningún medicamento se debe administrar sin conocer antes las contraindicaciones de la persona a quien se le suministra. Para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad.
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