Sociedad

Incertidumbre

Ómicron echa más leña al fuego

España acertó con el mantenimiento de las mascarillas en interiores, pero se equivocará gravemente si no impulsa restricciones en estas fechas

Cientos de personas acuden este sábado a vacunarse de la tercera dosis de la Covid-19 en el Palacio de Congresos de León
Cientos de personas acuden este sábado a vacunarse de la tercera dosis de la Covid-19 en el Palacio de Congresos de LeónJ.CASARESEFE

La variante Ómicron y el empeoramiento de la situación epidemiológica han cogido con el pie cambiado al Gobierno. Consciente de que la palabra Covid-19 ensombrece sus intereses electorales, el Ejecutivo confiaba en que la vacunación masiva alterara el curso de la pandemia y aplanara la curva de contagios hasta niveles mínimos. De hecho, la incidencia llegó a estar tan baja, que faltó tiempo para que se lanzaran las campanas al vuelo y se esgrimiera el gran éxito de España frente al resto de Europa. Nada más lejos de la realidad.

La onda epidémica ha empezado a sacudir a nuestro país más tarde que a otros estados, pero no deja de crecer. También lo hace la curva de hospitalizados e ingresados en UCI, y pronto lo hará la de los fallecimientos. ¿Quiere esto decir que se ha hecho mal en España? No totalmente. Aunque no existe la tan necesaria ley de pandemias y la cogobernanza ha derivado en 17 formas de combatir a un mismo virus, es cierto que la campaña de vacunación ha sido espectacular. A diferencia de otros países, los negacionistas han sido aquí minoría y los porcentajes de cobertura son altísimos.

Sin embargo, el Gobierno ha pecado de triunfalismo y ha incurrido en dos errores cruciales: el primero es el de pensar que España es una isla en el maremágnum epidémico de la UE. El segundo es el de fiar su suerte totalmente a las vacunas, pese a que sabía de su pérdida de eficacia con el paso del tiempo, como reconocen los propios informes internos del Ministerio de Sanidad. España acertó con el mantenimiento de las mascarillas en interiores, pero se equivocará gravemente si no impulsa restricciones en estas fechas, en las que se multiplicarán las interacciones sociales. Tarde o temprano deberá establecerlas, y más vale hacerlo pronto que tarde.