Salud
Cómo evitar el dolor muscular, de huesos y de articulaciones a partir de los 60 años
Los investigadores dicen que caminar y realizar las tareas del hogar no son suficientes para prevenir estas dolencias
A medida que se van cumpliendo años, comienzan a aparecer los achaques, las pequeñas molestias que nunca tuvimos, comenzamos a dormir menos y peor y cualquier mala postura puede acarrearnos molestias durante semanas.
Lo cierto es que los profesionales médicos y los científicos coinciden en que la mejor manera para que este tipo de situaciones no se produzcan y prevenir que no aparezcan en el futuro es la práctica de ejercicio de forma regular. Pero no vale cualquier tipo de actividad física.
Un estudio realizado entre 6.000 británicos mayores de 50 años confirma que se necesita actividad vigorosa, como correr, nadar o jugar al tenis al menos una vez a la semana para evitar el dolor musculoesquelético a largo plazo.
Los investigadores de la Universidad de Portsmouth encontraron que el ejercicio moderado, como bailar o caminar, o el ejercicio leve, como lavar la ropa a mano o pasar la aspiradora, no reducían el riesgo.
Nils Niederstrasser, experto en dolor y lesiones de la universidad de Portsmouth, indicó que “el dolor crónico es un gran problema a cualquier edad, y una de las principales causas de que las personas se sientan enfermas en el trabajo o visiten los servicios urgencias”.
“Es uno de los problemas más extendidos y complejos en la comunidad médica y conduce a muchos de los que lo padecen, a una peor calidad de vida y un bienestar deficiente”, añadió.
El estudio indica que casi dos terceras partes de los británicos mayores de 75 años tienen dolores persistentes a nivel muscular, óseo o de las articulaciones.
A pesar de lo que indica el estudio, la práctica deportiva no debe ser una actividad que se comience a practicar cuando surgen estos problemas porque miles de personas mayores encuentran que los entrenamientos intensos les provocan dolores y molestias.
Los investigadores examinaron los datos de 5.802 personas que vivían en Inglaterra, quienes informaron si tenían problemas de dolor en los huesos, las articulaciones o los músculos en cuatro puntos durante un período de 10 años.
A los voluntarios también se les preguntó con qué frecuencia hacían ejercicio (más de una vez a la semana, una vez a la semana, de una a tres veces al mes o casi nunca) y con qué intensidad hacían el ejercicio.
Por ello, es recomendable que si no practica deporte, comience a hacerlo para evitar la aparición de estos problemas en el futuro. Los adultos de 19 a 64 años deberían hacer ejercicio a diario.
El sistema de salud británico indica que al menos debe practicarse 150 minutos (dos horas y media) de actividad de intensidad moderada a la semana, o 75 minutos si la intensidad es mayor.
Además, de prevenir las dolencias, hacer ejercicio solo una o dos veces por semana puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
La actividad moderada incluye caminar de forma rápida, ejercicios aeróbicos acuáticos, montar en bicicleta, bailar, jugar al tenis, empujar una cortadora de césped o patinar.
El ejercicio vigoroso incluye correr, nadar, montar en bicicleta rápido o por desniveles importantes, subir escaleras o deportes como el fútbol, el rugby o el hockey.
Al comienzo del estudio, 2.062 adultos mayores de 50 años informaron que sufrían dolor musculoesquelético. En esta etapa, los participantes que hacían cualquier tipo de ejercicio tenían un riesgo menor. Una década más tarde, 2461 participantes dijeron que sufrían con frecuencia dolor musculoesquelético.
Y solo los que realizaban altos niveles de actividad física al menos una vez a la semana tenían menos probabilidades de informar sobre el dolor, dijeron los investigadores.
Tanto al comienzo como al final del estudio, las mujeres, así como las personas con estatus económicos bajos, con sobrepeso y obesas, tenían más probabilidades de sufrir dolor.
Los investigadores dijeron que los cambios hormonales eran la causa probable detrás de las tasas más altas de dolor entre las mujeres.
Y las personas obesas y con sobrepeso probablemente sufran más dolor porque el peso extra agrega una carga a las articulaciones del cuerpo.
Las personas más modestas económicamente tenían tasas más altas de dolor musculoesquelético porque aquellos con más ingresos buscan atención privada para tratar dolencias y lesiones.
Nina Attridge, coautora del estudio y profesora principal de psicología en la universidad, dijo que “Cualquier actividad ayuda a las personas a mantenerse bien y sentirse mejor que las que no lo hacen, pero el ejercicio leve no parece tener un efecto a largo plazo”. Por lo que para prevenir el dolor crónico, es mejor realizar una actividad intensa durante los años previos.
“La actividad no solo debe ser vigorosa, sino que debe realizarse al menos una vez a la semana. ‘Una persona que monta en bicicleta, por ejemplo, una vez al mes y cuya única otra actividad son las tareas domésticas ligeras seguirá siendo clasificada como sedentaria”, concluyó.
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